URBANINA - (1.964 - 1.973)



El Urbanina, (mal llamado Urbania por algunos), fue un concepto automovilístico desarrollado por el marqués Pier Girolamo Bardi Bargagli Bandini que con la ayuda del mecánico Narciso Cristiani llegó a materializar su proyecto.

El marqués Bargagli odiaba el ruido. Era un caballero de la campiña toscana, que se desesperaba en la gran ciudad. El tráfico en la capital romana era caótico, ruidoso, agresivo y lleno de gente. Acostumbrado a la tranquilidad de una región bendecida por los dioses, se encontraba en esa insoportable situación, y decidió que tenía que encontrar una solución para descongestionar el centro de la ciudad. Así nació la idea del Urbanina que él mismo definió como un coche muy compacto, ligero y económico, impulsado por un motor eléctrico, que tendría la ventaja de ser silencioso.

El marqués no tenía conocimientos suficientes para liderar él solo el proyecto, por lo que llamó a Narciso Cristiani, un hombre que se había cruzado en su camino varias veces y al que convenció para que le ayudara en su proyecto. Sus argumentos fueron simples, dinero contante y sonante. El marqués tenía pocos requisitos: el coche debía ser llamado Urbanina, su logotipo sería una simple "U", y para poder efectuar su desarrollo puso a disposición de Narciso Cristiani un cobertizo en su villa italiana Poggio Adorno, del siglo XVIII, ubicada entre Empoli y Pontedera, en plena Toscana al norte de Italia.

Narciso Cristiani puso a trabajar su imaginación y el resultado final fue un automóvil urbano equipado con una carrocería que giraba 360º para permitir a los pasajeros descender del vehículo por cualquier lado. A pesar de que la idea inicial del marqués era la de dotar al vehículo de un motor eléctrico, para adelantar tiempo, el primer prototipo fue equipado con un motor Innocenti monocilíndrico de dos tiempos y 175cc, tomado de un scooter Lambretta. El motor y el sistema de propulsión quedaban debajo de la plataforma en la cual se montaba la carrocería. Ésta giraba en redondo para permitir el ascenso y descenso de sus pasajeros en zona difíciles.

El Urbanina podía montar diversos tipos de carrocería e inicialmente fue dotado de tres posibilidades; una carrocería totalmente abierta llamada “Primavera”, un descapotable llamado “Quattro Stagioni”, y un coupé llamado “Invernale”. Las dimensiones del Urbanina eran pequeñas para un coche. Las dimensiones exactas del vehículo no están claras ya que hay discrepancias en función de las fuentes consultadas. Fuente 1 (largo 1840mm y ancho 1210mm), Fuente 2 (largo 1930mm y ancho 1300mm) y fuente 3 (largo 1960mm, ancho 1280mm y altura 1700mm). Las tres mediciones no son muy diferentes y las discrepancias pueden venir dadas por las diferentes versiones que se realizaron del Urbanina.

El coche era tan corto y estrecho que podía ser aparcado de cualquier manera con respecto a la acera, y como su carrocería giraba totalmente se podía salir por cualquiera de sus cuatro lados.

La transmisión era por cardán que ejercía la tracción sobre el eje posterior. La caja de cambios era de tres velocidades con el mando al volante. El depósito de combustible, la batería y las suspensiones estaban ubicados debajo del suelo de la carrocería, lo que permitía un piso totalmente plano y con capacidad para dos pasajeros. El peso total del vehículo era de aproximadamente de 260 kg. y su consumo de tan sólo 3 litros cada 100 Km.

El Urbanina fue presentado por primera vez en tres versiones distintas en los Salones de Ginebra (Suiza), París (Francia) y Turín (Italia), durante el año 1965.

La evolución y desarrollo del Urbanina prosiguió y en 1967 ya presentaba mejoras evidentes en los salones de Ginebra y de Turín. Fueron presentadas hasta 5 aplicaciones distintas y tres versiones diferentes con su nombre comercial: Primavera, Quattro Stagioni y Berlinetta. El folleto que acompañaba el lanzamiento hacía hincapié en la intercambiabilidad de las diferentes carrocerías utilizando el mismo chasis. Los motores también habían evolucionado y ahora se presentaban dos versiones diferentes. El de combustión interna, un Innocenti de 198cc y dos tiempos, refrigerado por aire que desarrollaba 7hp y que le permitía alcanzar los 60 km/h., y un motor eléctrico, marca Bosch, de 1000W y 24V con un dispositivo de recarga incorporado para alimentar la batería.

La producción comenzó lentamente y sin el apoyo de una campaña de marketing adecuada. Probablemente Bargagli consideró que las cinco páginas que le había dedicado el popular semanario Domenica del Corriere al Urbanina en julio de 1967 ya eran suficientes. Si bien fue un vehículo innovador por su concepción de carrocería giratoria, su desarrollo industrial no prosperó.

El marqués Bargagli, estimaba inicialmente que el Urbanina debería costar unas 300.000 liras en Italia, un valor un poco más alto que lo que costaba una motocicleta de la época, pero al final la versión básica se comercializó por 600.000 liras, un precio excesivamente alto teniendo en cuenta que un Fiat 500 costaba 475.000, y un Fiat 600D costaba 640.000.