A lo largo de la historia, conceptos como “Avión-Automóvil” o “Coche volador” han aparecido en diferentes medios de comunicación y han sido objeto de estudio, desarrollo y construcción por parte pioneros y/o visionarios que veían en la fusión de estos dos conceptos la solución a muchos problemas. En función de quién fuera el inventor, los “ingenios” iban destinados a solucionar los problemas del automóvil (convirtiéndolo en avión) o los problemas del avión (convirtiéndolo en automóvil). La visión de René Tampier era ésta última, resolver los problemas asociados al pilotaje de un avión.

René Tampier diseñó en 1920 un avión biplaza experimental, convertible en automóvil y su invento fue construido en 1921 en Boulogne-Billancourt, cerca de París. Para rodar por las calles, las alas de su avión se plegaban hacia atrás y luego se añadían dos ruedas directrices en la parte posterior de la cola que le conferían mayor estabilidad para circular. Esas ruedas adicionales estaban accionadas por un motor auxiliar de gasolina.

Tampier describió muchos de los problemas que pensaba resolver con su invento, entre los que podemos destacar tres:

El “avión-automóvil” experimental de Tampier tenía 13 metros de envergadura, 9,10 metros de longitud, 2,96 metros de altura y ocupaba una superficie total 42,50 m2. Tenía capacidad para 2 pasajeros y el peso total era de 1.600 Kg. Estaba propulsado por un motor de aviación Hispano Suiza V8 de 300 hp., podía alcanzar una velocidad máxima de 185 Km/h. y podía volar a una altitud de 6.000 metros.

Con las esperanzas puestas en atraer el interés americano de los entusiastas de los aviones, el invento de Tampier voló y fue conducido por las calles de París durante la gran exhibición de aviación que tuvo lugar en esa ciudad el 11 de noviembre de 1921. Se sabe que en 1921 fueron construidas al menos dos unidades.

Tampier también diseñó aviones convencionales, entre los que cabe destacar el bombardero pesado Tampier T6 de 1926 y el avión de observación Tampier T4 de 1927.