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STUDEBAKER (1902 - 1964) |
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La historia
comienza en 1736, cuando el primero de los Studebaker, Peter, desembarcó como
emigrante en América del Norte procedente de Holanda. Peter Studebaker,
emprendedor, colocaría la primera piedra de lo que en el futuro, sería una de
las fábricas más importantes de la automoción en esa nueva Nación.
Durante muchos
años el trabajo de los Studebaker se caracterizaría por la construcción de
carrozas y carruajes. Tal actividad fue consolidada por los biznietos del
fundador original, Henry y Clem, que prepararon un taller en South Bend,
Indiana, con el mismo propósito que su bisabuelo.
Más adelante se unió a la incipiente empresa, otro hermano, John, que propició el compromiso de proporcionar al Ejército de la Unión, suministros militares durante la guerra civil norteamericana.
A principios de siglo, la Sociedad Studebaker era el mayor fabricante de carros arrastrados por caballos, fabricando más de 75.000 unidades al año. De la fabricación de carros, entre ellos los famosos Conestoga, y por la evolución lógica del mercado, pasó a construir auto chasis para las primeras fábricas de automóviles, y ello provocó que se contemplara la posibilidad de producir vehículos propios. Pero no se renunció a la producción de carros hasta 1921.
El primer automóvil Studebaker, se produjo en 1902, con un motor eléctrico. Dos años después, ponen en producción su primer coche movido por motor de explosión, originariamente un bicilíndrico, estudiado en colaboración con la firma Garford y que fué reemplazado en 1905 por un cuatro cilindros.
Studebaker decide abordar el mundo de los utilitarios, y rescata, de Everitt-Metzgar-Flanders un lote de automóviles muy caros; que fueron subastados por la marca en 1908, bajo el nombre de EMF o Flanders.
En 1910, y con
la fusión de EMF y Studebaker se funda la Studebaker Corporation.
En 1914, se
inició la producción de automóviles propiamente dicha con el nombre
Studebaker, basada en dos líneas de coches económicos, y en directa
competencia con los coches más difundidos de aquella época. Ambos modelos, tenían
una caja de cambios de tres velocidades, acoplada por un lado a un cuatro
cilindros de 3146 cc, y por otro a un seis cilindros de 4736 cc. Bajo la
recomendación de Alberto Erskine, presidente de la Sociedad, el cuatro
cilindros fue reemplazado por el Light Six de 3392 cc. y puesto a punto en 1920
por el director de estudios, Fred M. Zeder. Al lado del Special Six se produjo
también el Big Six de 5810 cc. Las potencias iban de los 45 a los 56cv a 2000
rpm. En 1925, la marca había vendido más de 107.000 unidades.
En 1927, Studebaker, lanzó al mercado una série de automóviles de gama más alta bautizados como Erskine. Estos coches llevaban un motor de 6 cilindros en línea con una potencia aproximada de 27 cv, arbol de cuatro soportes, refrigeración con bomba y embrague en seco. Entre los accesorios destacaba un sistema de blocaje del volante que desactivaba el encendido. Al año siguiente, se recuperó la marca Pierce Arrow, que había sido hasta entonces una fábrica de coches de lujo y que había conocido importantes dificultades económicas pero que se extinguiría definitivamente en 1933. Durante la misma época, el nuevo Director de Estudios Barney Roos, procedente de Pierce Arrow, desarrolla el nuevo 8 cilindros denominado President.
En 1928, las
versiones 6 cilindros fueron rebautizadas como Dictator y Comander, antes de
recibir un 8 cilindros en 1929. A todo ello, el reglamento de Indianápolis
favorecía la participación de coches de série ligeramente modificados por lo
que Studebaker llegó a correr en los años 1930 y 1931. Vistos los resultados
obtenidos, participó oficialmente con 5 automóviles que obtuvieron la tercera,
sexta y treceava plazas.
Pero en el año 1932, las ventas bajaron de tal manera, que la Sociedad hizo fallida y todos sus bienes fueron subastados. Los nuevos propietarios vendieron la Pierce Arrow, suprimieron el 8 cilindros President y bajo la marca Studebaker lanzaron dos nuevos modelos de 6 cilindros, equipando los motores procedentes de la serie Rockne (aunque para ser más exactos, no podemos hablar de los Rockne como serie sino como marca).
Efectivamente Studebaker tenía tres subdivisiones, la Pierce Arrow, como coche de lujo, la propia Studebaker como coche medio, y la Rockne, como coche económico, aunque dicha marca solo tuvo tres años de vida de 1931 a 1933.
En 1935 la situación aconómica y financiera vuelve a ser rentable, pudiendo batallar con la competencia. Para dar a los coches un toque de elegancia y carácter, Studebaker contrató al diseñador Raymond Loewy. La consecuencia fue la salida al mercado en 1938, del 6 cilindros Champion. Este automóvil de 2687 cc., relativamente pequeño para las costumbres norteamericanas, contribuyó de manera significativa al aumento de la cifra de ventas, que fué de más de 100.000 unidades al año.
En mayo de
1946, se lanzó al mercado una série de automóviles modernos, aunque el diseño
de los mismos levantó arduas críticas. Los nuevos modelos bautizados Champion,
Commander y Land Cruiser estaban provistos de motores de 6 cilindros, de 2786 y
3704 cc.
Antes del final de la década, en 1949, Studebaker, había construido cerca de 200.000 coches. Las series de 1951, tuvieron un buen resultado en ventas y avalan las peculiares líneas de esos Studebaker, sus faros prominentes y su peculiar entrada de aire. En 1951 se suavizan las líneas delanteras, y dos años más tarde aparecen nuevos modelos, tales como un coupé (llamado Starliner), y un break. Durante esa epoca, las ventas volvieron a caer de una manera significativa por lo que la empresa, con graves problemas financieros, fue vendida a la Packard en 1954.
OTRA FORMA DE CONTAR LA HISTORIA - Studebaker (1852-1966)
Durante 64 años
el nombre de Studebaker fue, en el ámbito de la industria automovilística
norteamericana, sinónimo de automóviles de calidad a precio reducido, de
construcción sencilla y económica, de estilo futurista y de dificultades económicas
persistentes. Sin embargo, este último punto merece algunas precisiones. En
efecto, la Studebaker Corp. no quebró en marzo de 1966, sino que simplemente
dejó de construir automóviles. Ello se debió a que, a pesar de temporadas muy
favorables (más de 200.000 automóviles vendidos en 1950 y 1951), esta marca
jamás consiguió tener buenos balances.
La primera fase
de la actividad de la Studebaker se dedicó totalmente a la construcción de
carros y coches de caballos, y comenzó en 1736 cuando Peter Studebaker
desembarcó en el Nuevo Mundo procedente de Holanda. Dos bisnietos suyos, Henry
y Clem, fundaron en 1852 un taller en South Bend (Indiana), y en marzo de aquel
mismo año su primer carro estaba listo para ser vendido. Arrastrando en el
negocio a otro hermano, John, consiguieron ampliar la empresa para poder hacer
frente a los suministros militares para el ejército de la Unión durante la
guerra civil. La Studebaker continuó prosperando y engrandeciéndose, y, a
finales del siglo pasado, fabricaba 75.000 vehículos al año.
Por tanto, fue
totalmente natural que los primeros industriales del automóvil se dirigieran a
la marca de South Bend para el suministro de chasis; fue el primer paso hacia la
construcción de automóviles por cuenta propia. Esta idea estuvo
particularmente alentada por el joven Frederick S. Fish, yerno de John
Studebaker y colaborador legal de la empresa. Así, la producción de automóviles
se unió a la de carros y coches de caballos, que se prolongó hasta 1921.
Los primeros
Studebaker, una veintena de ejemplares, fueron construidos en 1902: eran
runabouts ligeros con propulsión eléctrica. Luego, en colaboración con la
Garford, se pusieron a punto en 1904 unos modelos con motor de explosión,
monocilíndricos, y de 4 cilindros al año siguiente.
Sin embargo,
estos coches eran muy caros y difíciles de construir en serie, y, por tanto,
fueron abandonados al cabo de algunos años. Mirando a su alrededor, los
directivos de South Bend encontraron lo que necesitaban en la gama de modelos de
1908 fabricados por la E.M.F. de Detroit, sociedad formada aquel mismo año y
que también comprendía la Northern y la Wayne, y asumieron la representación
de la misma. En 1910 hizo una breve aparición la marca Flanders en un automóvil
de pequeñas dimensiones, mientras que al año siguiente la marca de los grandes
y caros Garford desapareció.
En febrero de
aquel año fue fundada asimismo la Studebaker Corporation, que absorbió al
grupo E.M.F. Entonces, Fred Fish asumió la presidencia, se abandonaron las
marcas empleadas hasta entonces en favor de la denominación de Studebaker y 1a
oficina de proyectos pasó bajo la dirección de esta última, aunque su sede
permaneció en Detroit, en los antiguos locales de la E.M.F.
De esta confusa
historia resultó en 1914 una nueva línea de automóviles Studebaker basada en
dos modelos: el Four y el Six. Ambos con cilindros de 89 x 127 mm y cilindrada
de 3.150 y 4.735 cc, respectivamente. El menor, con una distancia entre ejes de
2.74 m, costaba 1.050 dólares, mientras que el Six, con vital una distancia
entre ejes de 3.07 m, valía 1.575. Estos automóviles poseían motores
monobloque y tapabarros delanteros de acero estampado, y resultaron muy
resistentes y seguros, contribuyendo decisivamente a la consecución del récord
de producción de 65.885 ejemplares establecido en 1916.
Bajo el impulso
de un nuevo y brillante ingeniero jefe, Fred M. Zeder, y un nuevo presidente,
Albert R. Erskine, la gama de 1918 fue completamente renovada. En 1920 el Four
fue substituido por el Light Six, coni motor de 6 cilindros y 3.400 cc, y la
serie fue completada con el Special Six de 4.735 cc y el Big Six de 5.800 cc. La
potencia de estos motores era de 45, 55 y 56 CV, a1 reducido régimen rotación
de 2.000 rpm. Zeder dejó la Studebaker en 1920, pero los automóviles que había
proyectado continuaron fabricándose y vendiéndose a ritmo creciente durante
varios años.
En 1925, la
Studebaker alcanzó una meta importante con la puesta en el mercado de 107.732
coches. Su producción total, que incluía asimismo la de camiones, fue de
134.664 unidades. Sin embargo, otras marcas se habían desarrollado rápidamente
y la Studebaker, del tercer lugar que ocupaba en 1912 en cuanto a producción,
descendió al octavo en el año 1926.
Bajo la hábil
dirección de Albert Erskine, definido por el historiador Haurice Hendry como
"el más dinámico presidente que la sociedad tuvo jamás", la
Studebaker intentó el camino de los automóviles menores con el modelo Erskine
(957 dólares), presentado en 1927 tras una serie de pruebas en la pista de
South Bend. La Studebaker fue la segunda industria norteamericana, después de
la General Motors, que dispuso de dichas instalaciones. Todavía más económico,
con un precio de 585 dólares, fue el modelo Rockne, que adoptó el nombre del
famoso entrenador de football Knute Rockne. Dotado de un motor de 6 cilindros y
fabricado durante el bienio 1932-1933, no fue un modelo de éxito, pero su motor
con culata en L equipó posteriormente otros modelos Studebaker hasta 1950.
En 1926, la
marca de South Bend contrató a un genial ingeniero jefe, Delmar G. "Barney"
Roos, que 5 años antes había ocupado el mismo cargo en la fábrica de automóviles
de lujo Pierce Arrow, de Buffalo. Esta última, al hallarse en dificultades, fue
absorbida por la propia Studebaker en 1928 y posteriormente revendida en 1933,
cuando a ésta le tocó a su vez navegar por aguas turbulentas. Mientras tanto
(1928), Roos y Erskine lanzaron el President Eight, con motor de 8 cilindros en
línea, y designaron los modelos de 6 cilindros con nombres pretenciosos, como
Dictator y Commander. También para estos 2 modelos se pusieron a punto en 1929
versiones menos potentes del motor de 8 cilindros, aunque en 1930 se adoptó un
cigüeñal sobre 9 bancadas, adecuado para motores bastante más potentes.
A finales de
los años veinte, la Studebaker vivió un breve período de gloria deportiva al
conquistar algunos récords de categoría y numerosas carreras de resistencia.
Cuando en 1930 el reglamento de Indianápolis abrió las puertas a los automóviles
derivados de los de serie, la Studebaker no dejó pasar aquella oportunidad.
Tras la participación de coches privados en 1930 y 1931, la marca se presentó
en la edición de 1932 con un equipo propio de 5 automóviles, construído con
componentes transformados del President Eight. El resultado fue más que
satisfactorio: tercero, sexto y decimotercer lugares. Los 5 vehículos, con
carrocerías aerodinámicas, volvieron a presentarse en 1933 y el mejor
resultado fue el séptimo lugar de Tony Gulotta.
Sin embargo, a
pesar de los esfuerzos tanto en el plano de producción como en el deportivo, la
Studebaker registró en 1932 una brusca disminución de las ventas (36.242
unidades) y, al no poder hacer frente a sus propios compromisos, tuvo que
declararse en quiebra en 1933. Entre los síndicos nombrados figuraban Paul G.
Hoffman y Harold S. Vance, que se empeñaron en salvar la situación a toda
costa. Con este fin vendieron la Pierce Arrow, suspendieron la producción del
gran President Eight, introdujeron una nueva serie de 6 cilindros con motor
Rockne y, en 1935, la Studebaker volvió de nuevo a la actividad.
Vance, como el
presidente del consejo de administración, y Hoffman, como presidente de la
sociedad, imprimieron a la Studebaker unas directrices comerciales precisas.
Además, al considerar que la línea y el estilo tenían gran importancia en el
éxito de un automóvil, en 1936 contrataron como colaborador al estilista
Raymond Loewy. Los modelos sucesivos,, y sobre todo la gama de 1941, tuvieron
una línea incisiva y clara en contraste con la tendencia clásica adoptada por
otros automóviles de aquella época tales como el Cadillac 60 Special y el
Lincoln Continental. A partir de 1935, los Studebaker llevaron suspensiones
delanteras independientes con ballesta transversal y sobremarcha por pedido.
Durante los años
treinta, la Studebaker hizo un esfuerzo concentrado en ganar una participación
en el campo de los vehículos comerciales. En 1936 introdujeron una línea de
camiones "cabina-sobre-motor", y en 1937 debutó la contorneada
camioneta Coupé-Express. Studebaker construyó camiones de calidad
continuamente entre 1930 y Diciembre de 1963. Las pickup Champ y Transtar y los
camiones ¾ Diesel fueron sus últimos productos comerciales. Studebaker también
construyó chasis para buses y carros bomba.
La introducción
en 1939 del modelo Champion, equipado con un motor de 6 cilindros y 2.690 cc, y
vendido a 700 dólares, determinó la entrada de la Studebaker en el mercado de
los automóviles "pequeños". Incrementadas por el éxito inmediato
del Champion, las ventas de la marca de South Bend superaron las 100.000
unidades en 1939 y 1940, una meta destinada a duplicarse después de la guerra.
Durante el
conflicto, la Studebaker estipuló contratos favorables para el suministro al ejército
de camiones y motores de aviación, los cuales le permitieron reemprender la
producción civil con grandes disponibilidades financieras, batiendo al mismo
tiempo a las demás industrias del sector. El modelo Studebaker de 1947 fue un
hito en la historia del estilo automovilístico: el primer automóvil de gran
serie con los tapabarros delanteros incorporados a la carrocería y combinados
con una calandra baja y horizontal. Además, el coupé Starlight, con su luneta
envolvente y panorámica, representó el intento más futurista realizado en el
ámbito de la investigación estilística hasta aquel momento. El estilista
Virgil M. Exner desarrolló un papel de primer plano en le proyecto del mismo, públicamente
atribuido a Raymond Loewy.
Estos nuevos
Studebaker estaban equipados con motores de 6 cilindros con culata en L y la
serie comprendía: el Champion, el Commander y el Land Cruiser, que se
conservaron prácticamente invariables en 1949, año en que las ventas de la
Studebaker alcanzaron 199.460 unidades, cifra que representó 4.1% del total de
las ventas norteamericanas de dicho año. Este mismo porcentaje fue alcanzado en
1950, pero con un total de ventas de 268.226 ejemplares, el índice más alto de
toda la historia de Studebaker.
Los modelos de
aquellos años llevaban suspensiones delanteras independientes con muelles
helicoidales, transmisión automática y el nuevo frontal en punta de inspiración
aeronáutica diseñado por Loewy. En 1951 apareció el motor V8 con válvula en
la culata y elevada relación de compresión, mientras que Bob Bourke, del
equipo de Loewy, puso a punto una nueva carrocería coupé. Su frontal rebajado
y su línea clara obtuvieron el favor de los dirigentes de la Studebaker y,
sobre todo, del entonces presidente de la misma, Harold Nance, de manera que el
nuevo coupé fue puesto en producción para la temporada de 1953. Su línea fue
reemprendida y adaptada para sedanes de 2 y 4 puertas de aquel mismo año y para
un station wagon de 1954.
Denominado
Starliner, el nuevo coupé fue considerado como uno de los automóviles más
bellos que se hayan construído; sin embargo, en 1954 el índice de penetración
en le mercado sufrió una variación negativa, descendiendo por debajo del 2%.
Ambiciosos proyectos para el futuro, tales como el automóvil con 6 cilindros en
V, carrocería autoportante y suspensiones independientes en las 4 ruedas,
proyectado por Porsche para la marca de South Bend, fueron considerados
irrealizables y se pospusieron sine die. Debilitada por un pesado déficit, la
Studebaker firmó en el verano de 1954 su fusión con la Packard -una compañía
automotriz altamente respetada, y que había producido su primer automóvil en
1899-, originándose la Studebaker-Packard Corporation. Ésta pasó tiempos difíciles
compitiendo con las "Big Three" (Tres Grandes: General Motors, Ford
Motor ompany y Chrysler Corporation). De 1954 a 1958, la nueva corporación no
tuvo un año con ganancias. Debido a esto, la línea Packard fue discontinuada
en 1958. Los Packard de 1957 y 1958 no eran más que Studebakers modificados con
interiores especiales y emblemas de la marca.
A pesar de que
la posición en ventas de la Studebaker cayó en picada tras 1950, la firma
mantuvo una imagen de vehículo de bajo consumo durante toda la década, esto
gracias a los vibrantes triunfos en las competencias de economía de combustible
organizadas por Mobil.
En 1956 se
volvió a proponer una nueva versión del coupé Starliner, disponible en 4
variantes y con la denominación de Hawk al que en 1957 siguió la versión
sobrealimentada Golden Hawk. Sin embargo, para la recuperación de la Studebaker
fue más importante el modelo Lark de 1959, deseado por el nuevo presidente
Harold Churchill y perteneciente a la categoría de los compactos. Las ventas de
1959 fueron dobladas con un beneficio de 29 millones de dólares. No obstante,
este fue el último año afortunado para la Studebaker.
Durante los
primeros años sesenta, la marca consiguió sobrevivir casi por inercia. En
1962, el nuevo presidente de la sociedad, Sherwood Egbert, pensó haber hallado
una posibilidad de salvación con los tipos deportivos. Con este fin, y
exactamente sobre las ideas de aquél, Brooks Stevens creó el Hawk GT, mientras
que los estilistas de Loewy proyectaron el revolucionario Avanti, presentado a
mediados de 1962, pero cuya producción fue retrasada por dificultades surgidas
en la realización de su carrocería de resina de vidrio. Mientras tanto, Egbert
diversificó la actividad de la Studebaker, de manera que en 1963 la mitad de
las ventas de la sociedad (y todos sus ingresos) se referían a productos no
relacionados con el sector automovilístico.
A Byers
Burlingame, nombrado presidente en noviembre de 1963, le correspondió separar
definitivamente la Studebaker del sector automovilístico. En diciembre, anunció
que la fábrica de South Bend sería cerrada y que la producción sólo seguiría
en las instalaciones de montaje de Hamilton (Canadá). A partir de 1964, los
Studebaker llevaron motores Chevrolet y frenos de disco. De todos modos, en el
mercado estadounidense sólo se vendieron 26.073 unidades, que descendieron a
menos de la mitad al año siguiente. Por ello, el anuncio de marzo de 1966 de
que la Studebaker dejaba de ocuparse de la construcción de automóviles no
sorprendió a nadie.
El único
modelo que resistió fue el coupé Avanti, cuya licencia de fabricación había
sido adquirida en 1965 por Nate Altman y Leo Newman, antiguos concesionarios de
Studebaker que fundaron la Avanti Motor Corporation. Ellos siguieron
construyendo el modelo por largos años, demostrando que su avanzado diseño debía
perdurar.
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