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SIN (Luís Pérez Cándano) - (1.955) |
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Fuentes utilizadas : | Libro “Microcoches Españoles” de Miguel Pascual Laborda |
Diario “La Vanguardia”, artículo de fecha 3 de marzo de 1955 |
En 1955, Luís Pérez Cándano, residente en Soto de Riaño, Asturias, diseñó y construyó, con la ayuda de un operario y utilizando herramientas muy sencillas, un pequeño automóvil de 4 ruedas y 2 plazas al que denominó “SIN”. El nombre de “SIN” derivaba directamente del criterio de simplificación mecánica llevada hasta sus últimas consecuencias, con el que se había construido el coche; sin caja de cambios, sin diferencial, sin embrague, sin árbol de transmisión, sin engranajes ni cremallera de dirección, sin…
El “SIN” era un pequeño y ligero vehículo de dos metros de longitud y 155 kilos de peso. Todos los mecanismos estaban constituidos por elementos o principios muy sencillos. El chasis en forma de “U” estaba formado por viguetas y tubos soldados, estrechándose en su parte posterior para montar un eje de reducidas dimensiones que le permitía evitar la incorporación de un diferencial. Sobre el eje delantero y cerrando la “U” del bastidor había una bancada que albergaba el motor (se desconoce la marca), de cuyo eje dotado de polea y a través de una correa se transmitía el giro a un eje intermedio. Acercando o retrasando este, se conseguía el efecto de un embrague al destensar o tensar la correa, lo mismo que sucedía con los acoples de las poleas solidarias a este eje y el motriz (trasero) que conformaban las dos marchas disponibles gracias a sus diferentes diámetros.
La suspensión trasera era mediante barras de empuje y acoplamientos al bastidor, mientras que la delantera era por ballestines semicantilever (cuarto de elipse). Las ruedas delanteras estaban montadas sobre horquillas unidas por dos pivotes a una barra, en cuyas bieletas iba fijado un cable que era el que comandaba la dirección. La columna solidaria al volante, terminaba en un carrete o tambor donde se enrollaba un cable de acero que liberando o recogiendo por uno u otro lado, permitía cambiar la trayectoria del vehículo.
La carrocería era también muy simple y con cierto aire retro. Era un tipo torpedo dotado de dos asientos, aletas cubre ruedas y un sencillo capó motor que seguía las líneas impuestas por el radiador. El puesto de conducción estaba a la derecha.
Una de las pruebas a las que sometió Luís Pérez Cándano a su vehículo consistió en rodar durante varios meses por malas carreteras, cometiendo toda clase de excesos de carácter técnico. El coche alcanzaba con facilidad los 60 Km/h pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 90 Km/h. Dada la sencillez de diseño y construcción del prototipo, el riesgo de averías era muy reducido, y resultaba barato de fabricar y de mantener.
Sea como fuere, el prototipo nunca llegó a ser producido en serie.
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