ORIX (1952 - 1954)



Fuente principal: Historia de la industria española de automoción (empresas y personajes), de Manuel Lage Marco

Juan Ramirez Montpeó era un gran mecánico y deportista del motor que tenía en Barcelona un taller mecánico donde además de atender a sus clientes, preparaba las motos y coches que luego pilotaba en las competiciones. Entre sus monturas con pedigrí figuraron un Nacional Pescara de 8 cilindros en línea y un Ricart de 6 cilindros.

En 1950 y tras varios intentos infructuosos de acoplar un turbocompresor a una moto Harley Davidson para intentar batir a la BMW de uno de sus rivales, concibió la idea de construir él mismo, un motor tipo BMW, también de dos cilindros opuestos, cuatro tiempos y refrigerado por aire, pero de mayor cilindrada y mayor potencia. Se puso manos a la obra y una vez terminado el nuevo motor su constructor lo probó en banco, y a pesar de las averías surgidas en la instalación de prueba, se le calcularon unos 20 cv a 6000 rpm. El motor cubicaba 610 cc con medidas de 72x75 mm.

Con el motor de nuevo en el taller surgió la idea de acoplarlo no a una moto, sino a un coche, idea que fue madurando muy rápidamente y a los pocos meses  el primer coche de Juan Ramírez estuvo terminado. El  nuevo automóvil fue bautizado como Orix, (no confundir con los alemanes Oryx, de la Oryx Motoren Werke de Reinickendorf, Berlin, que existieron entre 1906 y 1915 y de cuya marca se llegaron a matricular dos unidades en Barcelona (B-1302 y B-20201) antes de 1927). No se puede afirmar que la idea originaria del nombre fuera inspirada por esa antigua marca, pero es curioso que Juan Ramírez hubiera bautizado su coche como Orix, utilizando el nombre del antílope africano.

El primer prototipo era un pequeño descapotable de dos plazas con el motor situado en la parte trasera y con una linea agradable y bien proporcionada. En su primera participación en una prueba deportiva, la subida a la Rabassada, que tuvo lugar en el mes de diciembre de 1950, consiguió el 6º puesto en la clasificación general además de ganar ampliamente su categoría, por lo que el Orix consiguió un gran eco en la prensa que lo daría a conocer al público aficionado.

A este primer prototipo (matrícula B-81544), que siguió participando en varias pruebas durante los años 1951 y 1952, se le cambiaría más tarde la carrocería por otra de líneas más rectas, en consonancia con la moda de la época. Ante el éxito obtenido y en vista de los muchos pedidos que llegaron a su constructor, éste consideró seriamente la posibilidad de acometer la fabricación de una pequela serie, para lo cual y de modo muy pragmático, acordó con sus futuros clientes la financiación de la producción a realizar.

La carrocería elegida para las unidades de la primera serie era ya cerrada, de pequeño sedán de 2+2 plazas, dos puertas y con una línea agradable de formas redondeadas, y por supuesto construida totalmente a mano. A lo largo del año 1953 Juan Ramírez construyó y entregó 12 unidades de su Orix, de los que editó un catálogo descriptivo. Sobre algunos de estos coches se hicieron carrocerías especiales, de cuatro plazas y también coupé de dos plazas.

Características técnicas

  Tipo Orix 610
  Año 1952
  Motor Orix de 2 cilindros opuestos
  Diámetro / Carrera 72,0 x 75,0
  Cilindrada 611 cc
  Potencia 27 hp
  r.p.m. 5500
  Válvulas En culata
  Cambio Cuatro marchas adelante y una atrás
  Suspensión Independiente
  Ruedas 4,25 (o 5 en algunos modelos) x 15
  Velocidad máxima 115 Km/h
  Consumo 6 litros

El Volkswagen español

Tras el éxito comercial de su primer modelo y primera serie de fabricación, Juan Ramírez se planteó la posibilidad de construir un modelo mayor, de cuatro plazas, aprovechando las buenas prestaciones y rendimiento de su motor, que ahora declaraba 27 hp a 5500 rpm.

El nuevo Orix, de línea muy similar al primer Volkswagen (era una copia descarada), fue construido a principios de 1954 y presentado en  la Feria de Muestras de Barcelona de mayo de 1954, donde causó gran sorpresa. La razón por la cual su constructor lo hizo tan similar al modelo alemán no está clara. Esta decisión fue la causa de una serie de protestas por parte del constructor alemán, que sin embargo no llegaron a mayores, pues según parece, Ramírez explicó las importantes diferencias y ventajas de su diseño. Es muy probable que pretendiera asegurarse el éxito utilizando una linea ya consolidada, sobre la cual él consideraba que había mejorado las prestaciones y el acabado.


La anegdota

Según Ängel Campos, autor de la amplia y detallada monografía sobre Juan Ramírez y su obra, de la cual proceden la mayor parte de estos datos, Ramírez tuvo una oferta del Ministerio de Industria para instalar una fábrica en unos terrenos en Vitoria, pero él estaba muy apegado a Cataluña y a Barcelona, por lo que no la consideró.

Entretanto él seguía tanteando las posibilidades en Barcelona y parece ser que en un momento dado logró convocar en su casa a un grupo de banqueros locales, acompañados por un importante industrial, dispuestos a escuchar su proyecto y a estudiar las posibilidades de futuro.

El destino quiso que cuando Juan Ramírez estaba saliendo de su taller para aquella importante reunión, llegase uno de sus clientes con una avería en su Orix. El inmenso fallo de Juan Ramírez fue ponerse a repararlo él mismo y le llevó más tiempo del previsto. Tras una considerable espera en su casa, donde su esposa hacía lo imposible por justificar el retraso, los banqueros decidieron que no podían esperar más y se fueron, por lo que aquella decisiva reunión, que podía haber proyectado el Orix al futuro, nunca llegó a celebrarse.