OHIO ELECTRIC (1.910 - 1.918)



La “Ohio Electric Car Company”, de Toledo (Ohio), fabricó un automóvil eléctrico dirigido principalmente al público femenino. Las señoras no tenían que jugarse el tipo haciendo girar la manivela del motor (el motor de arranque no se inventó hasta 1913), simplemente se subían al coche y lo ponían en marcha de manera silenciosa y limpia. Al poder elegir un modelo cerrado no se sufrían las inclemencias del tiempo, ya que la mayoría de los coches de aquella época eran abiertos, incluso se disponía de cortinillas en las ventanas.

El Ohio Electric utilizaba baterías alcalinas Edison de 6 voltios y tenía una autonomía urbana de entre 150 y 200 millas. Utilizaba neumáticos normales de 80 mm (3,2”), en lugar de los neumáticos macizos utilizados habitualmente en los vehículos eléctricos.

La distancia entre ejes era de tan sólo 2033 mm (80”) y los guardabarros eran de cuero. Utilizaba una batería de 24 celdas y un controlador de 7 velocidades. La dirección se accionaba mediante un timón o “tiller”.

El “Ohio Electric” utilizaba un eje de transmisión como cualquier automóvil convencional de gasolina, en lugar de una cadena de transmisión eléctrica para hacer girar las ruedas traseras, y era capaz de alcanzar velocidades de entre 20 y 25 mph, no obstante la velocidad recomendada por seguridad era de entre 15 y 18 mph.

Poco a poco, la popularidad de los automóviles con motor eléctrico fue disminuyendo en favor de los de gasolina, y además la escasez de materiales en tiempos de guerra hacía muy difícil su producción. En consecuencia, el Ohio Electric dejó de producirse en 1918.