JIMÉNEZ (Feliciano Jiménez Soriano) - (1.956)



El impulsor y propietario de este proyecto se llamaba Higinio Pérez Pérez, de Cuenca. A Higinio Pérez se le metió en la cabeza que tenía que poseer el coche más pequeño de cuantos circulasen por España. Con ese objetivo financió los servicios de Feliciano Jiménez Soriano, un ebanista autodidacta al que le gustaban los trabajos de niquelado de metales.

En el transcurso de un año Feliciano Jiménez realizó el chasis en tubo de acero y también fue adquirido en la empresa madrileña “Construcciones Mecánicas PIN” (Peñuelas, 10, junto al paseo de las Acacias), un motor de origen alemán, sin que hasta la fecha se hayan podido averiguar ni la marca ni el modelo. Sólo se sabe que se trataba de un motor de dos cilindros y dos tiempos, de 2,5 hp cuyo peso era de 60 Kg.

El tren delantero estaba compuesto por dos horquillas telescópicas procedentes de la motocicleta madrileña “Rondine”, acopladas, y con sistema de dirección por tornillo sinfín, que trabajaba sobre un sector circular dentado solidario a la parte alta de la horquilla izquierda, lo que la hacía muy precisa y prácticamente directa. Para el eje trasero se recurrió a un esquema similar, con el motor situado en el lado derecho y transmisión por cadena a un eje secundario que a su vez engranaba por el mismo sistema a la rueda trasera izquierda, quedando la derecha como “rueda loca”.

La carrocería era la parte más innovadora ya que estaba realizada a base de planchas de plástico (vicalita) de colores rojo y azul, con molduras de aluminio como elemento de unión, proporcionándole todo ello una aceptable resistencia y un bajo peso. Disponía de capos practicables y dos pequeñas puertas laterales. El motor se refrigeraba a través del aire debidamente canalizado que se introducía por el frontal.

A pesar de que el coche no tenía una línea muy atractiva debido a sus formas excesivamente cuadradas, las pruebas fueron bastante satisfactorias y en 1956 rodó con la placa verde de pruebas CU-90. Durante dos días, el coche estuvo expuesto en un escaparate del centro de Cuenca y al parecer despertó bastante interés entre los transeúntes.

La ilusión inicial de llegar a fabricarlo en serie a un precio muy económico (unas 25.000 pesetas) había ido desapareciendo a medida que se había ido avanzado en su laboriosa construcción, ya que se tuvo que recurrir para bastantes componentes a la ayuda de un taller de forja de la localidad. Se había demostrado, que contrariamente a lo que había dicho su constructor a la prensa, con unas tenazas, un martillo, una lima y pocas cosas más, no era posible fabricar un coche por sencillo que este pudiera ser.

La falta de medios técnicos y económicos devolvió a la realidad a los dos protagonistas de esta historia, quedando el prototipo construido como ejemplar único.


Características técnicas:

Marca y modelo: Jiménez utilitario
Fabricante: Carrocerías Jiménez
Localidad - Año: Cuenca (1956)
Número de unidades: Una
Carrocería: Cabriolet dos plazas, dos puertas, capota de lona, "sistema italiano"
Ruedas: Cuatro, de radios, frenos mecánicos.
Motor: Dos cilindros, dos tiempos, 2,5hp, refrigerado por aire
Transmisión - Cambio: Tracción trasera por cadena a una sola rueda, cuatro velocidades.
Peso - Dimensiones: 200Kg. (con capota), 200x100x120, 1,55 (batalla), 800mm - 940mm (vías delantera-trasera)
Consumo - Velocidad - Precio: 4 litros/100 Km, 80 Km/h. 25.000/30.000 pesetas (anunciado)

Otros: Motor trasero, chasis tubular monobloc, suspensión independiente telescópica en las cuatro ruedas, dirección por tornillo sinfín y sector circular, arranque por palanca desde el interior, depósito de combustible de 10 litros de capacidad.