ISOTTA FRASCHINI (1900 - 1949)



Esta marca italiana representó, para los amantes de los automóviles de gran clase, un sueño largamente acariciado. Como toda marca con abolengo retorna al mercado internacional con su gran clase

Una generación entera amaba y deseaba un Isotta Fraschini, pero solo los más afortunados conseguían echar a rodar su físico a bordo de uno de estos legendarios deportivos. El culto empezó en 1907, y se extendió hasta 1948. Pero tras una pausa que ha durado casi medio siglo Isotta Fraschini regresó al asfalto con el T8, para después dar paso al T12.

En 1898 Cesare Isotta y los hermanos Vincenzo, Orestes y Antonio Fraschini fundaron una sociedad que más tarde pasaría a formar parte de la historia automovilística italiana.

En la década de los años 20 y 30, el modelo 8 cilindros se convierte en objeto de deseo y conquista a los apasionados de todos los continentes. Grandes personalidades de la política, artistas e industriales se exhibían a bordo de un Isotta. Mientras fabrica sus automóviles, la empresa diversifica su producción, con incursiones de éxito el terreno de los motores marinos y los propulsores aeronáuticos, lo cual hizo que declinara la producción de automotores a mediados de la década de los 30. Esta primera etapa culminó en 1948, con el 8C Monterosa, un sedán impulsado por un motor 8 cilindros en V.

El mito se mantuvo vivo gracias a los motores marinos, y ahora, tras la adquisición por parte de la Fissore Co., la marca brilla de nuevo sobre las atractivas carrocerías de los deportivos T8 y T12.

El Isotta T8 compite en el segmento de los gran turismo de lujo con modelos como el Mercedes SL, y a la vez se inserta entre los deportivos como Porsche, Ferrari, Jaguar XJ12 y Chevrolet Corvette, sin perder de vista sus soluciones tecnológicas, prestaciones, estilo y el reconocimiento de exclusividad de su marca.

Casi todo el conjunto mecánico es suplido por Audi, que suministra motor, transmisión, suspensión y otras importantes piezas. La solución estética del T8 permite convertirlo de spyder a coupé, con solo quitar o poner el techo duro, y la capota de lona tiene accionamiento eléctrico.

En el frontal, con los faros en los extremos, se aloja la característica parilla del radiador enmarcada por unas pletinas cromadas. En la parte trasera, luces redondas acentúan su carácter deportivo.

El número 8 es recurrente en la marca. Su último modelo fue el Monterosa de 1947, que apenas llegó a prototipo en 1948. Ahora el T8 monta un motor V-8 , de 32 válvulas, dotado de una potencia de 300 caballos a 6000 rpm. Su equipo de serie incluye tracción integral (4x4), una caja de cambios automática y sistema de frenos con ABS. La suspensión delantera cuenta con cuatro brazos con muelles helicoidales, amortiguadores a gas y barra estabilizadora. De esta manera se obtiene un comportamiento de marcha preciso y placentero.

En cuanto al T12, la berlinetta, es un coupé de cuatro plazas. En su carrocería, realizada en aluminio, se convinan: un aire sofisticado, sobretodo en el frontal, con líneas netamente deportivas características de la marca, en un automóvil de estilo clásico, elegante y de fuerte personalidad.

Texto:                                    Dexi Argüelles

Revisado para España:     Josep Astudillo