HERTEL (Oakman) (Oakman-Hertel) - (1.895 - 1.900)



Un alemán llamado Max Hertel, graduado en la escuela tecnológica de Heidelburg, fue compañero de clase de Karl Benz. Hertel colaboró con Benz en la construcción de su primer automóvil. Más tarde se trasladó a Chicago y empezó a trabajar en el departamento de ingeniería de la “National Biscuit Company” de esa ciudad. En 1895 empezó a probar motores de gasolina (como había hecho Benz) por los alrededores de Chicago, incluso se llegó a inscribir en un concurso de automóviles en las afueras de la ciudad, pero su participación fue un fracaso debido a los problemas mecánicos de su coche.

En 1897, Richard N. Oakman Jr., un hombre de negocios de Greenfield, Massachusetts, viajó a Chicago. Allí quedó impresionado al ver circulando el carruaje sin caballos de Max Hertel. Oakman lo saludó y durante la conversación se entusiasmó mucho. El chasis del carruaje sin caballos de Hertel estaba hecho con tuberías comunes de agua, un asiento de madera y un motor de dos cilindros de gasolina. Oakman anotó la dirección de Hertel y poco después volvió a Chicago y le preguntó si estaría dispuesto a trasladarse a Greenfield, pues estaba dispuesto a financiar una compañía de fabricación de automóviles. Hertel aceptó y llegó a Greenfield a finales de otoño de 1897. Enseguida fue fundada la “Oakman Motor Vehicle Company” y la fábrica empezó a funcionar en enero de 1898.

El primer coche “Hertel” (también llamado incorrectamente “Oakman” o “Oakman-Hertel”), fue exhibido en el “New York Cycle Show” en 1899 y así fue como nació la marca. El coche “Hertel” no era barato, se vendía por 750 dólares, cuatro veces más de lo que costarían los primeros Ford T. El coche “Hertel” tenía capacidad para dos personas y estaba equipado con un motor de gasolina de dos cilindros de entre 2,5 y 3,5 hp. La dirección se ejercía mediante un timón (tiller). Con una sola palanca se controlaba no sólo el engranaje de fricción (por poleas en V en cada rueda trasera), sino los frenos, los gases y el arranque. La suspensión era independiente en las ruedas delanteras, y estaba fijada con horquillas para bicicletas. El coche “Hertel” pesaba 226 Kg y alcanzaba una velocidad máxima de 20 mph. Su principal dificultad era la falta de potencia, pero funcionaría bien en terreno llano.

En 1899, la “Oakman Motor Vehicle Company” empezó a tener dificultades financieras. Las inversiones de Oakman habían sido enormes y el retorno por las ventas no era nada bueno ya que apenas se habían producido 12 ejemplares. Los banqueros dejaron de prestarle dinero y el final llegó el 8 de noviembre de 1900, cuando en una reunión de los banqueros acreedores se decidió que la empresa estaba en quiebra, cesando así la producción.

En la actualidad sobreviven tres coches “Hertel” (una tasa de supervivencia bastante notable), uno en Australia, uno en América (Alaska) y otro en Suecia. Tras la quiebra de la “Oakman Motor Vehicle Company”, Max Hertel viajó a Francia con el objetivo de seguir fabricando coches, que en ese país llevarían el nombre de “Impétus” (ver historia).