|
EBRO (1.967 - 1.987) |
|
|
|
|
Un poco de historia (los orígenes de Motor Ibérica, S.A.)
La primera agencia Ford en España fue inaugurada en 1907, con el objetivo de importar y vender los vehículos de esa marca. El 2 de junio de 1920, fue fundada en Cádiz la empresa “Ford Motor Company, S.A.E.”, con un capital inicial de 500.000 pesetas y con una plantilla de 99 personas, siendo el mismísimo Henry Ford su primer presidente. En un local alquilado en la zona franca de Cádiz se empezaron a construir coches Ford del modelo "T", camionetas basadas en el mismo chasis y tractores Fordson.
En 1921 la empresa solicitó del gobierno, dejar de operar como depósito franco para nacionalizar más la producción. Finalmente, en 1923 se trasladó la totalidad de la factoría a unas naves de la Avenida Icaria de Barcelona. La empresa duplicó el capital y dio empleo a 268 personas, siendo fundamentalmente su misión importar automóviles Ford completos y montar otros modelos con piezas importadas de dicha marca, pero incorporando ya algunas partes y componentes de fabricación nacional. En 1927 la empresa volvió a operar en régimen de depósito franco.
En 1929, la empresa fue reorganizada, se realizó una nueva ampliación de capital y se permitió la entrada de accionistas españoles y la cotización en bolsa. La denominación social pasó a ser “Ford Motor Ibérica, S.A.”. Además de los Ford “T”, aparecieron otros modelos como el C-9HP y el Y-8HP. En 1935 se produjeron 7.800 unidades, de las cuales la mitad eran camiones y el resto turismos. Podría decirse que fue la primera fábrica española de automóviles en serie. En esa época también se exportaban vehículos a Portugal, Italia y Marruecos.
Durante la Guerra Civil Española, al no poder importar las piezas necesarias, la empresa interrumpió la fabricación de vehículos y pasó a depender del cuerpo de aviación del ejército republicano. Durante ese periodo, la fábrica fue bombardeada y su producción se limitó a unos pocos vehículos militares.
Con las duras limitaciones de la posguerra, se reanudó la producción de camiones con piezas importadas. En este periodo de escasez, la base del negocio lo constituía la fabricación de recambios para mantener en uso los vehículos de antes de la guerra y la comercialización de gasógenos marca Autóforo.
En las décadas de los años 1940 y 1950 era una proeza fabricar cualquier cosa en España: las importaciones estaban muy restringidas, la gasolina estaba racionada, la electricidad se concedía sólo unas horas al día, los camiones fabricados no se podían vender porque no había neumáticos, las divisas eran un bien escaso y todo estaba vigilado y controlado por el sistema político del régimen del General Franco.
En 1953, “Ford Motor Ibérica” se adjudicó un concurso convocado por la Administración española para la fabricación de tractores. Al año siguiente la empresa fue nacionalizada en su totalidad y fue reorganizada con el nombre de “Motor Ibérica, S.A.”
La marca Ebro
En 1954, “Motor Ibérica, S.A.”, creó la marca Ebro con sedes en Barcelona, Madrid y Ávila, aunque también se llegarían a fabricar elementos de maquinaria agrícola en Noáin, Navarra.
Con la marca Ebro se fabricaron autobuses, camiones, furgonetas, vehículos todoterreno y tractores. La primera gama de Ebro estaba basada en el Ford Thames Trader.
Debido a las penurias que atravesaba la firma en aquella época a pesar de su nacionalización, Motor Ibérica S.A. se vio forzada a comprar una mina de hierro para poder invertir las divisas que proporcionaba su exportación en la compra de maquinaria para la fábrica. Hasta 1960 los precios de venta estaban sometidos a la aprobación del Ministerio de Industria. También hasta esa fecha, la paupérrima industria nacional no pudo proporcionar la totalidad de los componentes que precisaban los vehículos Ebro.
En 1965, se rompieron definitivamente las relaciones con Ford, y en 1967 fueron inauguradas las primeras instalaciones en la Zona Franca de Barcelona. En esa época se compran las empresas; “Fadisa” (que fabricaba las furgonetas Romeo-Fadisa con licencia de la italiana Alfa Romeo), “Avia”, “Perkins” (que fabricaba el motor diesel por excelencia en España), “Aisa” (que fabricaba los camiones Avia y que llegó a vender con su marca algunas de las últimas furgonetas Siata, que salían indistintamente con marca Ebro o Avia desde la antigua fábrica de Siata), “Braud et Facheux “ (que fabricaba carretillas elevadoras y los vehículos Jeep bajo la marca Viasa-Ebro). A partir de ese momento, todos esos vehículos empezaron a ser comercializados con la marca Ebro.
Con la entrada en el capital de la compañía de Massey-Ferguson se abandonó la fabricación de los tractores con la marca Ebro, que fueron sustituidos por los de esa marca.
En 1979, en plena recesión, Massey-Ferguson poseía el 36% de las acciones de Motor Ibérica, S.A. y se las vendió a Nissan Motor Company. En 1981, Nissan ya controlaba el 55% de la compañía e introdujo la fabricación del todoterreno Nissan Patrol y la furgoneta ligera Nissan Vanette. En 1987 la razón social de la compañía pasó a ser “Nissan Motor Ibérica, S.A.” desapareciendo definitivamente la marca Ebro.
|