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BOBBI-KAR - (1.945 - 1.947) |
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El coche “Bobbi-Kar” fue una creación del ingeniero John Liefield. Liefield era un hombre joven que había trabajado para Chrysler y tenía en mente el desarrollo y comercialización de un coche asequible para el gran público, que cubriera la demanda de automóviles nuevos que existía en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. El coche "Bobbi-Kar" fue anunciado y promocionado, pero nunca fue comercializado con ese nombre ya que el heredero del proyecto fue el coche "Keller" (ver historia).
El hermano de John Liefield, conocía a S.A. Williams, un promotor y empresario que se dedicaba a rehabilitar restaurantes en la América de la posguerra, y se lo presentó a su hermano. En 1945, los dos hombres se asociaron con el objetivo de desarrollar y producir ese pequeño automóvil, y fundaron para ello la “Bobbi Motor Car Corporation” en San Diego, California. Liefield desconocía el pasado de Williams y no era consciente de los problemas a los que se tendría que enfrentar en el futuro.
Inicialmente, Williams fue quien se encargó del lanzamiento comercial del proyecto para promocionar el nuevo coche. El concepto era simple. El coche utilizaba muchas piezas mecánicas disponibles en el mercado. El motor era un Hercules XB que se podía encontrar fácilmente. El tren de rodaje fue diseñado para ser desmontado como una sola pieza. Esto permitía que la pieza se pudiera sustituir rápidamente para que el propietario de un “Bobbi-Kar” pudiera seguir conduciendo mientras su tren de rodaje se estaba reparando.
Mientras Liefield diseñaba y perfeccionaba el prototipo, Williams construyó su estafa. Consiguió arrendar la antigua planta de Convair (ver historia) a la “War Assets Administration“. Liefield y su pequeño taller de I+D se trasladaron a esa enorme planta y los primeros prototipos del “Bobbi-Kar” fueron expuestos en el exterior. Williams comenzó a comercializar franquicias y vendió alrededor de 800. La cláusula clave en el acuerdo de franquicia era que los franquiciados serían capaces de vender el coche sin problemas cuando fuera producido. Muy pronto Williams empezó a ser investigado por la Comisión de Valores y Bolsa.
Por suerte, mientras Williams seguía estafando y siendo investigado a la vez, un nuevo personaje entró en escena. Esa persona era el ex vicepresidente de Studebaker, George Keller. En 1946, Keller acababa de dejar su trabajo en Studebaker, una compañía automotriz ubicada fuera de Indiana. Había sido su Vicepresidente de Ventas, y se había enfrentado al gerente de la empresa por ciertas decisiones en la distribución, lo que le llevó a abandonar la empresa. (Según Ted Zenzinger, ayudante de Keller en Studebaker, Keller hablaba a menudo de su idea de fabricar un coche ideal para el gran público, una especia de coche del pueblo. Esa idea se alineaba perfectamente con los objetivos de Liefield y su “Bobbi-Kar”). Keller quedó prendado por el diseño de Liefield y le propuso ayudarle a hacer crecer su pequeña empresa para ponerla en el mercado de verdad y Keller fue contratado por Liefield como asesor. George Keller tenía una reputación estelar como hombre honesto, y tenía verdadera experiencia en la industria automotriz tras su paso por Studebaker.
Mientras tanto, los problemas de S. A. Williams aumentaban por momentos. No sólo lo estaba investigando la SEC (Agencia independiente del Gobierno de los Estados Unidos de América que regula y fiscaliza la emisión de valores mobiliarios (acciones, bonos, etc...) y su intercambio, teniendo jurisdicción sobre bolsas, corredores, agentes, etc...), sino que salió a la luz su antiguo expediente penitenciario por una estafa anterior. Williams empezó a buscar salidas a la caza de un nuevo estado para seguir ejecutando su estafa. Tras ser investigado por estafa también en Delaware, decidió trasladar la planta de “Bobbi-Kar”, y a mediados de 1946 encontró otra enorme y vacía fábrica en Hunstville, Alabama, que logró arrendar, para estar lejos de las miradas indiscretas del Comisionado de Corporaciones de California. La justificación para el traslado fue que necesitaban una mejor ubicación para la producción de automóviles, y que sería más fácil vender acciones de la compañía en Alabama. A pesar de que muchos no estaban de acuerdo con esa decisión, legalmente, Williams era el único dueño de “Bobbi-Kar”, lo que significaba que podía tomar esa decisión sin consultar a nadie.
No obstante, Williams descubrió en Alabama que no se le permitía dirigir una empresa allí porqué su historia le había precedido. Williams había sido condenado por estafa en California. Keller, indignado por la situación y lo que ello representaba, se enfrentó a Williams y comenzó una pequeña revolución que reorganizó la empresa. Las acciones de Williams fueron compradas por un inversor de Huntsville llamado Hubert Mitchell, el cual promocionó a Keller para reemplazar a Williams frente de “Bobbi-Kar”.
Inicialmente Hubert Mitchell estaba interesado en la compañía de automóviles como un lugar de almacenaje y venta de las sillas de su compañía de muebles, pero al enterarse de la confusión en la que se encontraba la empresa pensó que los que quedaban eran "víctimas inocentes". Mitchell vio la experiencia y el entusiasmo en Keller, Liefield y el resto de sus compañeros y conjuntamente con Keller se puso a trabajar en un plan para crear una nueva empresa sobre las cenizas de la vieja y para ello propició la fusión en 1947 de la “Bobbi Motor Car Corporation” con la “Dixie Motor Car Corporation”, encargándose George Keller de convertirlas en un nuevo proyecto llamado con el apoyo de Mitchell “Keller Motors Corporación”, pero eso es ya otra historia... (ver historia Keller).
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