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BERGHOLT (Fred Bergholt) - (1.932) |
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En la década de los años 1930, el movimiento aerodinámico cambió para siempre no sólo la forma de los automóviles, sino también otras formas de transporte, la arquitectura y la mayoría de los productos manufacturados que formaban parte de la vida cotidiana. Todo, desde los trenes hasta las tostadoras quedó totalmente rediseñado durante esos años como resultado de la aceptación de nuevos conceptos de racionalización y aerodinámica. La idea y el interés por suavizar las líneas y los contornos de los objetos en movimiento, se inspiró en la industria de la aviación. Los aviones tenían que moverse ofreciendo la mínima resistencia al viento o simplemente no tendrían suficiente energía para ser capaces de mantener su velocidad en el aire.
Esta es la historia de un automóvil aerodinámico único, diseñado y construido por un hombre visionario de Minneapolis llamado Fred Bergholt, que construyó su sueño en 1932, en los albores de la era de la aerodinámica.
Antes de que fuera presentado en enero de 1933 en Nueva York el novedoso y aerodinámico Pierce-Arrow “Silver Arrow”, otro singular coche había estado recorriendo las calles de la lejana Minneapolis. Sin saberlo, ese coche tenía un extraño parecido con el Silver Arrow que sería presentado en Nueva York meses más tarde, y se llamaba Bergholt Streamline, un coche nuevo e innovador diseñado por Fred Bergholt y construido bajo su dirección. Al igual que el Silver Arrow, el coche Bergholt tenía un frontal en pendiente, una trasera fastback, y las ruedas estaban escamoteadas en la carrocería para ofrecer menos resistencia al aire. La rueda de repuesto también estaba oculta en el guardabarros delantero, de igual manera que en el Silver Arrow. Aún hoy, no deja de sorprender el cúmulo de coincidencias.
Fred Bergholt era un tipo con inventiva y muy creativo que se interesó por la aviación en la década de los años 1920. De hecho, él y su hermano habían construido y vendido planeadores durante algún tiempo. En 1927, Fred ya empezó a pensar en el diseño de un coche. Su experiencia con los aviones le había llevado pensar en una nueva e innovadora manera de desplazarse en tierra como un avión, ofreciendo poca resistencia al aire.
Para desarrollar su idea, Fred Bergholt se inspiró en las formas de dos animales. Llegó a la conclusión de que la tortuga marina era una de las formas más aerodinámicas o hidrodinámicas que existían en la naturaleza. Por tierra o por mar, el aire o el agua fluían por la espalda de la tortuga sin ofrecer apenas resistencia. El otro animal que le inspiró fue el tiburón martillo o pez martillo, que tenía un cuerpo más grande y desarrollado en la parte delantera que en la trasera. Estos dos conceptos de diseño se encuentran reflejados en muchos otros trabajos de diseñadores de la época. La forma básica de una lágrima, utilizada a menudo para objetos de diseño aerodinámico, es un buen ejemplo.
Fred Bergholt compró un Ford V8 sedán nuevo en 1932 y le retiró la carrocería. Un carrocero de la época llamado Edgar Lantz dio forma al diseño realizado por Fred Bergholt. Antes de iniciar el trabajo de carrocería, Fred Bergholt sacó varias patentes sobre las características únicas del diseño del Bergholt Streamline. El coche fue terminado el mismo año 1932, mucho antes de que el conocido Silver Arrow saliera a la luz. Fred Bergholt empezó entonces un peregrinaje mostrando su diseño a varias empresas de automóviles, pero ninguna estuvo interesada. Fred Bergholt decía que todas las empresas pensaban que era un diseño demasiado adelantado para su tiempo y le recomendaban volver a visitarles al cabo de unos 5 años. Tras esa decepcionante respuesta, el Bergholt Streamline fue puesto a trabajar y utilizado para la promoción del negocio de cosméticos de la familia, realizando más de 200.000 kilómetros y teniendo que reemplazar hasta tres veces el motor. Fred Bergholt afirmaba que la carrocería era tan aerodinámica que provocaba que el motor girara demasiado rápido y que por eso los cojinetes se quemaban.
Pasaron los años y la fortuna de la familia Bergholt menguó considerablemente, y el Bergholt Streamline cayó en el olvido de un almacén. Fred Bergholt murió en 1978 y la familia entregó el coche a un buen amigo, Harlow Loney, que lo cuidó y lo mantuvo a buen resguardo durante años. Al cabo de los años, Loney decidió emprender una restauración completa y el proceso finalizó en 1993, tras 10 años de trabajo. Harlow Loney falleció, pero gracias a su trabajo de restauración el Bergholt Streamline luce como el primer día.
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