ANTRÁS (Rafael Antrás de Bidaburn) - (1.902 - 1.903)



Mi agradecimiento a Lluís Pallás por su ayuda y colaboración para la redacción de esta historia. Las principales fuentes de información utilizadas para la redacción de la misma han sido; el libro “ABC de la Motocicleta Española” de Francisco Herreros, y sendos artículos publicados en "The Automobile" y "Transverse Torque" del club Y&C de Reino Unido, cuyo autor es Luis Cascante Dávila, que obtuvo la información a través del ya fallecido Arnaldo Margarit, un ingeniero industrial que a principios de los años 1970 mantuvo correspondencia con el autor y con su padre Luís Mª Cascante Dávila.


La firma Antrás, de Barcelona, era fabricante y representante de electromotores y dinamos de corriente continua, grupos electrógenos, acumuladores eléctricos, motores de petróleo y automóviles, pero es quizá más conocida por haber producido en 1901 la que puede ser considerada “primera motocicleta española”, la motocicleta Antrás. No obstante, también ha de tenerse en cuenta esta firma por haber producido sus propios automóviles.

Un poco de historia

A finales del siglo XIX dos amigos, Rafael Antrás de Bidaburu y Arnaldo Margarit Calvet, ambos estudiantes de ingeniería industrial en Barcelona, diseñaron un pequeño motor de corriente continua. Antrás montó un prototipo en casa de su familia, en el número 31 de la Ronda de San Pedro de Barcelona, que era donde él mismo vivía con sus padres. El buen funcionamiento del prototipo animó a los dos amigos a diseñar un nuevo motor, de cuya construcción se hizo cargo el taller del Sr. Ricou de la calle Mònec. El coste de la fabricación fue financiado por el propio Rafael Antrás. Ese motor, muy parecido a los AEG alemanes, desarrollaba 3 hp y tuvo un éxito inmediato.

El motor de bicicleta Antrás y la primera motocicleta española

Las bicicletas movidas a motor eran populares a principios del siglo XX, por lo que algunos meses después, los dos estudiantes diseñaron otro pequeño motor de 1 hp de combustible líquido (petróleo) con la finalidad de ser montado en bicicletas. Era un motor de explosión, dotado de un mecanismo especial sobre el escape que facilitaba el arranque, permitiendo además reducir la fuerza del motor cuando no era preciso utilizar toda su potencia. El mecanismo consistía en una válvula de tajadera que actuaba en el tubo de escape, llegando hasta obturarlo casi completamente. La velocidad máxima que podían alcanzar las bicicletas con motor Antrás era de 10 Km/h, pudiendo, según el catálogo de la época, subir todas las pendientes sin pedalear. El motor fue comercializado a partir de 1901 y tuvo gran aceptación.



La consolidación del negocio de Rafael Antrás

Animado por los buenos resultados de ventas, Antrás decidió alquilar unos locales en el número 135 (actualmente 235) de la calle Rosselló de Barcelona para fabricar los dos motores eléctricos y el de combustión. Su amigo Arnaldo Margarit decidió no seguirle en esta nueva aventura. En aquella época, según el Código Civil Español, Rafael Antrás era todavía menor de edad (era menor de 23 años), por lo cual su padre, Francisco de Paula Antrás, tuvo que poner el negocio a su nombre. (El padre era el director comercial de la “Société Lainère Barcelonaise”, una sociedad belga de tejeduría ubicada en el vecino pueblo de Sant Andreu).

Los coches

El siguiente proyecto de Antrás fue un motor estacionario para uso agrícola o industrial. Desarrollaba 2/3 hp a 800 r.p.m. y podía funcionar con cualquier tipo de combustible: gasolina, alcohol, gas ciudad o acetileno. Poco después desarrolló un motor de combustión de un solo cilindro y 8 hp, el cual al acoplarle una dinamo constituía un generador de corriente continua. Fue partiendo de ese motor que Antrás decidió empezar el diseño y construcción de un coche completo.

Entre 1902 y 1903 fueron construidos dos coches, tras lo cual la empresa se trasladó a unos locales de mayor tamaño ubicados en el número 19 de la calle Diputació de Barcelona.

El automóvil Antrás era muy parecido a los Renault, De Dion-Bouton, o Peugeot de la época. La carrocería (de constructor desconocido) era tipo "tonneau" de 4 asientos con entrada por detrás, montada sobre un chasis de madera con una distancia entre ejes de 2075 mm. El coche estaba impulsado por el motor monocilíndrico Antrás de 8 hp (de cilindrada desconocida), refrigerado por agua, con sistema de termosifón con tubos aleteados. El radiador estaba fijado por un par de láminas metálicas suspendidas de las ballestas delanteras. El encendido se hacía mediante ruptor y batería. El cambio de marchas, tenía tres marchas de avance y marcha atrás, y estaba accionado con palancas distintas una para las de avance y otra para la marcha atrás. La tracción a las ruedas traseras se podía ejercer mediante cadena o por un árbol de transmisión a través de una junta universal (El automóvil que se mostraba en un anuncio de la época tenía transmisión por cadenas, sin embargo el de la fotografía superviviente, probablemente de construcción posterior, tiene árbol de transmisión). Tenía dos frenos, un pedal actuaba sobre el diferencial  y otro actuaba sobre las ruedas traseras por medio de una palanca que se tenía que empujar hacia delante. Al parecer, la suspensión del coche estaba confiada a unas frágiles ballestas semielípticas situadas en cada esquina. Las ruedas eran de madera del tipo de artillería y las cuatro tenían las mismas dimensiones, 700 mm de diámetro, calzadas con neumáticos Michelin o Continental de 700 x 80. La lubricación de los elementos mecánicos, como los bujes, era por aceiteros de goteo con depósito de cristal. El precio de venta en Barcelona era de 5.600 Pesetas. Ese precio no incluía bocina ni faros, pero se podían montar opcionalmente con un sobrecoste adicional. Por 500 pesetas más, se podían montar un parabrisas y un dosel con flecos y cortinas.

Tras haber fabricado 3 o 4 vehículos, Antrás se dio cuenta de que, con sus limitados recursos, no podría competir con los fabricantes de automóviles franceses con mucho poder financiero y grandes fábricas, que además estaban bien establecidos y con representantes en Barcelona. En consecuencia, cambió la orientación del negocio y se centró en la construcción y venta de equipos industriales y agrícolas. La cifra real de producción de automóviles es un misterio, pero se cree que solo se fabricaron entre 4 y 6 ejemplares.

Aunque cesó la construcción de automóviles, la producción de motores eléctricos y generadores continuó. De nuevo el taller se trasladó, esta vez al número 187 de la calle Diputació. En 1903 la salud de Rafael Antrás se deterioró hasta tal punto que falleció en 1904.