En 1921, un norteamericano llamado Sheldon F. Reese, construyó en la localidad de Huron, Dakota del Sur, el prototipo de un vehículo terrestre propulsado por una hélice al que denominó “Aero Car”.

El “Aero Car” era del tamaño de un cyclecar, tenía capacidad para dos pasajeros y combinaba las emociones de un avión, la seguridad de un automóvil y la economía de una motocicleta. Tenía una distancia entre ejes de 1520 mm (60 pulgadas) y un ancho de vía de 760 mm (30 pulgadas). Estaba equipado con un motor trasero de 2 cilindros y 2 tiempos que desarrollaba 6 hp., y que accionaba una hélice situada en la parte posterior del vehículo. El motor se podía poner en marcha desde el asiento, y mediante una palanca de control se controlaba la velocidad de las helices, mientras que con un pedal en el pie se controlaba el freno. Con un peso total de 68 Kg (150 libras), el “Aero Car” era capaz de alcanzar los 96 Km/h (60 mph).

Su creador lo quería comercializar por 160 dólares, pero el proyecto no pasó de la etapa de prototipo.