SURANYI (Endre Surányi) (1946 - 1949)



En 1949, cuando los comunistas consolidaron su control sobre Hungría y debido a la escasez de metal, aceite y otros materiales básicos, requisaron, otra vez, los pocos coches de pasajeros que quedaban en el País (Durante la Segunda Guerra Mundial, ya se había dado la órden de entregar todos los coches de pasajeros).

Las motocicletas Csepel fabricadas por la WM (Weiss Manfred Steel Works), que también había fabricado el PENTE (ver historia), se convirtieron entonces en el único vehículo permitido para uso particular. Evidentemente, en la ciudadanía permanecía el deseo de viajar en un transporte cerrado, cómodo y lo más parecido posible a un coche.

Es por esa razón que el ingenio de la gente se puso en marcha y empezaron a surgir micro-coches en Hungría construidos sobre todo con motores de motocicleta. La calidad y procedencia de esas creaciones únicas era diversa y había de todo.

Como era de esperar, muy pronto, el Gobierno clasificó a estos vehículos como coches, y su mantenimiento y utilización se hizo sumamente difícil debido a la carencia de combustible.

Uno de los creadores de esas piezas caseras únicas fue Endre SURANYI.

Endre Surányi, era piloto de carreras de motocicletas en los años 1940 y 1950. En 1946 completó su primer microcoche, un increible biplaza con un motor de 50cc que apenas era capaz de moverse.

Más tarde, creó un modelo más grande con una carrocería más aparente. Estaba propulsado por un motor Fichtel & Sachs de 125cc. Este microcoche de 2,3 metros de longitud pesaba tan solo 86 kg. El motor estaba colocado directamente sobre el eje trasero para aligerar su peso y facilitar su construcción. Este vehículo, por sus características, resultó ser bastante inestable. Unos líderes del partido comunista intentaron dar una vuelta con el coche, pero debido a su inestabilidad, el coche finalmente volvió a las manos de su creador.

Poco más tarde, Surányi construyó una versión mejorada, con una carrocería ligeramente modificada y un motor DKW de 250cc. Este coche era también un biplaza. Su peso era de 150 kilogramos y existió un proyecto para que una empresa hungara que fabricaba pequeños motores lo pudiera producir en pequeñas series, pero el proyecto nunca se materializó.

Surányi no perdió su entusiasmo y tras trabajar en el “Hungarian Research Institute of Automobile Transport” creó un tercer modelo, que nunca logró terminar. También hubo otros proyectos que no pasaron de la mesa de dibujo.