STROMBERG - (1.975)



La empresa española “Bases y Talleres del Noroeste”, con fábrica en Batano, en las afueras de León, más conocida por sus amortiguadores y llantas especiales de la marca “Stromberg”, colaboró en su tiempo en el diseño y reestructuración del “Mallorca”, una réplica del Lotus Seven que fabricó bajo licencia la firma española Hispano-Alemán (ver historia).

En 1975, esta empresa presentó una especie de versión propia y personalizada del primitivo diseño de Colin Chapman, al que denominó “Stromberg Furia”. Se sabe que por lo menos aparecieron artículos en la revista Velocidad de 30 de agosto de 1975, y 13 de septiembre de 1975, y también en la revista Autopista de 6 de septiembre de 1975. En dichas pruebas el coche de muestra alcanzó los 155 Kilómetros por hora cronometrados.

El Stromberg Furia era un coche tipo roadster de dos plazas. El chasis era tubular con refuerzos de chapa y se anclaba en él una carrocería de poliéster sobre fibra de vidrio por medio de ocho puntos de bulonado.

El motor y el cambio de marchas procedían del SEAT 1430, y eran totalmente de serie a excepción de la carburación, que estaba encomendada a un Weber horizontal de doble cuerpo. La suspensión delantera era también a base de elementos del SEAT 1430, pero al parecer, se había conseguido que la caída (cero grados) permaneciera constante a lo largo del desplazamiento vertical de la rueda. Atrás se recurrió al eje rígido de un SEAT 131, en el que se reforzaron las bieletas de reacción oblicuas, lo que permitía la supresión de la barra Panhard de posicionamiento lateral del puente.

El Stromberg Furia tenía una característica calandra delantera procedente del antiguo MG de AUTHI. El maletero posterior era accesible mediante una funcional tapa y su capot se anclaba con una correa de cuero. Las llantas de aleación ligera con un dibujo que comportaba ocho gruesos radios eran lógicamente Stromberg. Ese modelo de llanta, diseñado en exclusiva para el Furia se denominaba Milano, y su anchura de garganta era de cinco pulgadas.

En el momento de ser presentado, la empresa disponía en su factoría de Batano (León) de diez chasis preparados para el montaje, y la firma pensaba que en un futuro podría abordar una producción de un ejemplar diario, no obstante, dadas las dificultades burocráticas y administrativas de la época, el coche nunca llegó a ser comercializado.