STEPHENS (1.916 - 1.924)



Entre 1916 y 1924, los coches Stephens formaron parte de la historia de Freeport. En 1868, John W. Henney empezó fabricando cochecitos tirados por caballos en una pequeña tienda en Cedarville. Diez años más tarde, en 1878, la empresa se trasladó a Freeport. El negocio funcionaba bien y acometió varias ampliaciones, construyendo finalmente una nueva fábrica en Spring Street (hoy ocupada por “Micro Switch”). Los avances tecnológicos avanzaban y los automóviles empezaron a hacer su aparición, dejando patente que se acercaba el final de los coches tirados por caballos.

En 1915 la “Henney Buggy Company” fue liquidada, y el edificio de Henney fue vendido a la “Moline Plow Company” de Moline, Illinois. La “Moline Plow Company“ era una empresa dedicada a la fabricación de maquinaria agrícola, y tenía como proyecto de diversificación del negocio la fabricación de automóviles. G.A. Stephens fue nombrado Presidente de la nueva división de la “Moline Plow Company”, la “Stephens Motor Branch”. También se decidió que la empresa fabricaría sus coches bajo la marca “Stephens”, en honor a George W. Stephens, padre de G.A. Stephens, que antiguamente había sido Presidente de la ”Moline Plow Company” y su primer Vicepresidente.

La nueva empresa empezó en Detroit, pero enseguida, a principios de 1916, se trasladó a la antigua fábrica de coches de Freeport recién adquirida a Henney. Con la ayuda de E.T. Birdsall, que había participado en el diseño del coche Selden, en la primavera de 1916 ya se había concebido el concepto para el nuevo coche Stephens, y enseguida empezó la producción. El primer modelo de producción estaba equipado con un motor de 4 cilindros y se comercializaba a un precio que rondaba los 1.075 dólares. El primer coche Stephens fabricado en Freeport fue comprado por un psiquiatra local, el Doctor C.L. Best en mayo de 1916.

A partir de 1917, los coches Stephens fueron equipados con motores de 6 cilindros. Los motores se fabricaban en la ”Moline Plow Company”, otras piezas procedían de otras áreas, y las carrocerías y su ensamblado final se producían en Freeport. Muchos de los antiguos trabajadores de la “Henney Buggy Company” fueron contratados para fabricar los coches Stephens, los trabajos de carrocería de los primeros coches Stephens eran similares a los trabajos de carrocería de los pequeños buggys de Henney. Cuando todos los componentes estaban montados, y antes de que fueran ensambladas las carrocerías, se montaba un asiento al bastidor, y un mecánico salía de la fábrica para probar el coche y el motor.

Los coches Stephens estaban construidos con un marco de carrocería totalmente de madera con refuerzos metálicos de chapa. La chapa estaba cortada a mano y a base de martillo se le daba forma de manera individual. El paso final y que llevaba más tiempo era la pintura. En los automóviles actuales se utilizan pinturas sintéticas de secado rápido, pero en aquella época la pintura se aplicaba a mano, con no menos de 21 capas. Tras una capa de pintura, la carrocería se cepillaba horizontalmente, tras su secado, estaba lista para recibir una nueva capa. Al dar la siguiente capa se cepillaba verticalmente, tras su secado, estaba lista para recibir otra capa, y así sucesivamente. Los cepillados horizontales y verticales se alternaban hasta que la pintura del coche adquiría la dureza, textura y brillo deseados. El proceso de pintado de los coches requería de mucho espacio, filas y filas de coches secaban poco a poco al aire. Los coches eran aparcados en el interior en espacios controlados para reducir la posibilidad de caída de hojas de los árboles o de que algún insecto aterrizara sobre un coche recién pintado. El proceso de pintura completo duraba 30 días. La pintura era fabricada en Freeport, con una mezcla de tierra en un proceso secreto para que no pudiera ser copiado por otros fabricantes.

Los coches Stephens eran comercializados como coches de categoría media. En 1917, el Stephens Salient Six costaba 1.385 dólares. El Stephens Salient Six era un coche de seis cilindros que desarrollaba 57 hp, (más potente que cualquier otro motor de 6 cilindros de la época).

La compra de un coche era un gran acontecimiento, y la gente de todo el país cogía el tren a Freeport para conducir personalmente su nuevo Stephens hasta su casa. Los coches podían ser comprados en la fábrica o a través de distribuidores en todo el país.

Si bien al principio las ventas se producían con normalidad, éstas bajaron en 1920. Los coches Stephens continuaron siendo fabricados hasta 1924, año en el que la “Moline Plow Company“ anunció que cesaba la fabricación de automóviles para concentrarse en la fabricación de maquinaria agrícola. John W. Henney, junior, el hijo del fabricante de Buggys, recompró el edificio que había sido de su padre a la “Moline Plow Company”. Henney contrató a muchos de los obreros de Stephens y abrió la “Henney Motor Works” con el objetivo de construir automóviles carrozados como coches fúnebres. Los vehículos de Henney volvían a circular, y la corta historia de los coches Stephens había terminado, tras haber fabricado entre 1916 y 1924 entre 25.000 y 35.000 automóviles, según las fuentes.