Edouard Rochet y su padre eran fabricantes de
bicicletas en Lyon, y en 1892 se asociaron con Théophile Schneider, un pariente de la
familia.
Rochet-Schneider puso en el mercado, en 1894,
coches equipados con motores de gasolina, convirtiéndose así en una de las
primeras empresas francesas en aplicarlo. El lema de ventas de Rochet-Schneider
era "la fuerza, la simplicidad y el silencio".
Los coches fabricados por Rochet-Schneider eran
adquiridos en gran parte por clientes ricos ya que estaban equipados con caros
elementos de cobre, madera y cuero realizados a mano.
Muy pronto se creó una reputación por sus coches
bien hechos y fiables. Reputación que duró hasta el cese de la producción de
coches de pasajeros en 1932.
Entre 1895 y 1901, la empresa fabricó
aproximadamente 240 coches de un solo cilindro “Tipo Benz". En el Salón de París
de 1901, la empresa introdujo una gama de modelos de 2 y 4 cilindros, y en 1903
los diseños tenían líneas muy similares al “Mercedes”.
“Rochet-Schneider” se había convertido en uno de
los fabricantes de coches más respetados de Francia, y en 1904 la empresa fue
vendida por 4,5 millones de francos y fue creada una nueva empresa con el nombre
de "Rochet-Schneider Ltd." que se ubicó en Londres. La producción de coches no
llegó a superar los 250 coches al año y en 1907 la empresa estaba en
liquidación.
Théophile Schneider compró la empresa que llevaba
su nombre y creó una filial llamada "Carburateurs Zenith”.
Aunque se trata ya de otra
historia (ver historia Theo Schneider),
el 16 de junio de 1910, Théophile Schneider decidió lanzar su propia
marca y constituyó la "Société en commandite par actions des Automobiles Th.
Schneider" con un capital social de 1.000.000 de francos.
Schneider produjo una gama de vehículos
comerciales de alta calidad durante varios años. Tras la primera guerra mundial,
la empresa fabricó coches de 12 hp, 18 hp y 30 hp.
En 1923 la gama entera recibió nuevos motores de
diseño completamente nuevo y una gran variedad de estilos de carrocería.
A mediados de los años 20 la empresa se concentró
en los vehículos de transporte público, y a partir de 1932, Rochet-Schneider no
fabricó más coches de pasajeros, pero siguió fabricando camiones y autobuses
hasta 1951, año en el que “Rochet-Schneider” fue comprada por Berliet, una
conocida empresa que fabricaba locomotoras y vehículos de transporte público.
Berliet fue absorvida más tarde en 1967 por Citroën.