PÉREZ RIVERO (Paulino Pérez Rivero) - (1.961)



Fuente principal : Libro “Microcoches Españoles” de Miguel Pascual Laborda

Esta es la historia de un vehículo en cuya documentación consta como “Vespa transformada en triciclo”.

En la década de los años 1950, Paulino Pérez Rivero, un hombre con inquietudes, apasionado por la mecánica y capaz de devorar cualquier libro que cayera en sus manos que estuviese relacionado con el tema, compaginaba su habitual trabajo de instalación de “pastores eléctricos” y reparación de motosegadoras, con la fabricación y venta de aparatos de radio (cuyos secretos aprendió en un curso por correo). Todo era poco, en aquellos años de escasez, para mantener la precaria economía familiar.

Paulino tuvo que agudizar su ingenio ante la necesidad de un medio de transporte que le permitiera recorrer los 25 kilómetros que separaban su pueblo de la capital (Santander) en donde trabajaba. Su primer ingenio consistió en adaptar un motor auxiliar Mosquito a un tándem. Dicho propulsor pasó luego a una bicicleta que él mismo dotó de cierta suspensión. Más tarde, adquirió una moto Vespa que acabaría siendo la donante mecánica de un futuro microcoche de diseño propio.

En 1959, y con el objetivo de librarse de las inclemencias del tiempo, inició la construcción de lo que sería su propio microcoche. Calculó las dimensiones de la carrocería dibujándola sobre los azulejos de una gran cocina. Como patrón utilizó su propio cuerpo proyectado contra la pared, en posición sentada sobre un banquillo pegado a la pared, que simulaba el asiento del coche.

Se trataba de la mitad trasera de una Vespa de 1954 (de la que conservó la matrícula S-8.893), acoplada a un chasis de tubo de acero por medio del basculante, lo que en caso de avería facilitaba su reparación o sustitución. El propulsor no sufrió ninguna modificación a excepción del cambio de los segmentos del pistón y los corchos del embrague.

El tren delantero procedía de un Fiat Balilla reformado y con piezas de fabricación propia, con suspensión por ballesta de doble hoja y frenos de tambor procedentes de una moto Iso. La dirección, por medio de tres simples barras para ahorrar espacio, transmitía sus reacciones de forma excesivamente rápida a través del medio volante, lo que exigía un proceso de adaptación a las características de conducción del vehículo.

Los pedales de acelerador, freno y embrague tenían una disposición normal, con palanca de cambio a la derecha del conductor. Las tres ruedas eran originales Vespa y la trasera conservaba su propio freno. Al carecer de marcha atrás, en la construcción de chasis y manguetas se logró que el radio de giro fuera mínimo.

La carrocería fue construida en chapa de 1 milímetro de espesor, modelada y soldada eléctricamente en un taller, con una sola puerta en el lado derecho y apertura tipo “ala de gaviota” con su eje a lo largo del centro del techo y diversas tomas (o evacuaciones) de aire para habitáculo y motor.

Las lunas delantera y trasera eran de plástico, conformándose sobre unos moldes de madera realizados con muchas horas de escofina, cepillo y lija. Inicialmente el propio Paulino intentó darles forma a base de soplete, pero el calor influía negativamente en la transparencia final, creando visos, por lo que terminó adquiriendo dos nuevas planchas y encargando el trabajo a un taller especializado.

El techo y las ventanillas eran de una sola pieza de toldilla plástica, enrollable desde la base y que permitía dejar el coche tipo descapotable cuando la meteorología lo permitía. El conjunto de la carrocería fue pintado de color gris metalizado y en la parte posterior se añadió una rueda de repuesto.

El problema del alumbrado se resolvió tras muchas pruebas, rebobinando la bobina original con hilo algo más grueso y algunas vueltas de más.

Paulino Pérez aprovechó unas vacaciones para probar su vehículo, realizando el recorrido Santander-Palencia-León-La Coruña-Santiago de Compostela-Lugo-Oviedo-Gijón-Santander, con resultado satisfactorio a pesar del estado de las carreteras de aquella época (como ejemplo, la ruta de Santiago a Vigo (80 Km) era de tierra y piedras). Al final, Paulino Pérez Rivero vendió su singular microcoche, que acabó en paradero desconocido.

Ficha técnica:

Descripción Vespa transformada en triciclo (según permiso de circulación)
Carrocería Tipo cabina, monoplaza, una puerta, capota de lona.
Ruedas Tres (2+1), neumáticos 3,5 x 8, frenos mecánicos de tambor sobre las tres ruedas.
Motor Vespa, 1c 2t, 56,5x49,8mm, 125cc, 6,4:1, 4,5hp a 4500rpm, carburador Dell'Orto T.A. 17B, refrigerado por aire
Transmisión-cambio Tracción trasera por piñones, embrague de discos múltiples en baño de aceite, tres velocidades.
Otros

Motor trasero, chasis tubular de acero, suspensión delantera ballesta doble hoja, trasera brazo oscilante con muelle helicoidal y amortiguador hidráulico telescópico de docle efecto, encendido por volante magnético, corriente seis voltios.