MC LAUGHLIN (1908 - 1942)



McLaughlin  y  McLaughlin-Buick

Cuando Robert McLaughlin inició sus negocios con la construcción de un cobertizo en Enniskillen, cerca de Oshawa, Ontario, Canadá, en 1867, para construir carruajes tirados por caballos, no podía imaginar que estaba sembrando las semillas de la futura “General Motors” de Canadá.

El negocio se fue ampliando y se trasladó a Oshawa, Ontario en 1876, y se labró una reputación por la calidad de sus productos, convirtiéndose más tarde en el fabricante de carruajes más importante del Imperio Británico, con más de 25.000 carruajes al año. En 1901, la empresa se denominó "McLaughlin Carriage Company, Ltd." y Robert McLaughlin ya era ayudado por sus hijos aún adolescentes George y Samuel.

A pesar de que Robert McLaughlin no era un entusiasta del negocio de los automóviles, cuando los coches aparecieron en escena, no puso impedimentos en el camino de su hijo Samuel (Coronel Samuel McLaughlin 1871-1972). Tras fracasar la tentativa de construir su propio coche diseñado por él mismo, debido a que su ingeniero enfermó, Samuel se fijó en las diferentes marcas de automóviles existentes, y llegó a un acuerdo con William Durant, de Flint, Michigan, el carrocero más grande de América, y que Samuel conocía.

Durant, tenía intereses en la “Buick Motor Company” de Flint, y McLaughlin firmó un contrato de 15 años para comprar Buick y asumir el control de la producción. Con la maestría de McLaughlin en la construcción de carruajes, Samuel sabía que acababa de entrar en el negocio del automóvil. Un poco después del firmar el contrato con McLaughlin, Durant creó la “General Motors” en 1908 con Buick como su primer componente básico.

McLaughlin y Durant mantuvieron una larga y amistosa relación, que no se quedó sólo en la comercialización de los McLaughlin-Buick, sino que también permitió que McLaughlin construyera coches Chevrolet a partir de 1916. La “McLaughlin Motor Car Company” se convirtió en la “General Motors” de Canadá en 1918.

La producción se inició a finales de 1907, con McLaughlin encargándose de las carrocerías y Buick controlando la producción. Los primeros coches se llamaron “McLaughlin”. Las carrocerías eran diseñadas por el propio Samuel que tenía una aptitud artística natural. Los coches canadienses eran más complejos y elegantes que sus colegas americanos, y eran a veces totalmente diferentes.

McLaughlin sufrió una especie de crisis de identidad durante los siguientes años, porque no sabía como llamar a sus coches. Hugh Durnford y Glenn Baechler escribieron en su libro “Cars of Canada”: "Durante 15 años, hubo cierta confusión a cerca del nombre de los coches McLaughlin. Llamados simplemente McLaughlin, eran fáciles de distinguir de los Buick de EEUU y ese nombre se asociaba a calidad y valor”. Sin embargo, también fueron denominados y anunciados como McLaughlin-Buick. Algunos modelos ponían McLaughlin sobre el radiador y McLaughlin-Buick sobre el  tapón de la gasolina. Con independencia de todo esto, McLaughlin era "el Coche Estándar de Canadá”.

Esta contradictoria situación fue quizá motivada por un deseo contenido de dar un toque de distinción y patriotismo, que se reforzó con su contribución a la Primera Guerra Mundial. Pero al mismo tiempo se quería capitalizar la excelente reputación del nombre de Buick.

En 1918, la familia McLaughlin vendió sus intereses a la General Motors, pero Samuel McLaughlin seguiría controlando la empresa en calidad de Presidente del Consejo de Administración de la General Motors de Canadá, además de ser Vicepresidente y Director de la casa matriz.

Las dudas y vacilaciones a cerca del nombre se acabaron en 1923 al decantarse la empresa finalmente por el nombre McLaughlin-Buick. Los lemas que se utilizaron fueron lemas como estos; “Cuando se construyan los mejores coches, los construirá Buick”, “Los mejores coches están siendo construidos, y McLaughlin los construye”.

Casi desde el principio, McLaughlin produjo una amplia variedad de modelos en muchos estilos de carrocería, incluyendo un 4 cilindros, un 6 ligero, y un 6 estándar. Cuando Buick adoptó de forma definitiva en 1931 sus famosos motores de 8 cilindros, éstos también fueron utilizados por los McLaughlin-Buick.

Con la aparición de las carrocerías de acero, la madera fue sustituida gradualmente, los diseños artesanales eran cada vez menos aplicables, y los coches canadienses dejaron de ser tan singulares y distintivos. Como los diseños de los McLaughlin-Buick se hacían cada vez más parecidos a los Buick americanos, Samuel tuvo que limitarse al diseño de modelos únicos y esclusivos.

Los modelos más interesantes fueron los coches de viaje de la realeza. Los dos primeros fueron construidos en 1927, estaban basados en McLaughlin-Buick y fueron utilizados en 1928 para la visita del Príncipe de Gales a Canadá. Eran coches grandes y generosamente diseñados para albergar cómodamente hasta 7 pasajeros.

Otros dos coches para la realeza fueron construidos con motivo de la visita a Canadá del Rey y la Reina en 1939. Estos McLaughlin-Buick de tipo sedan fueron alargados 457 mm, reforzados, y transformados en convertibles. Disponían de un sistema de altavoces que permitían la comunicación entre el chófer y los pasajeros.

Otra limousine real fue el modelo construido en 1936 para el jóven Rey Eduardo VIII, que parece ser que fue el coche que él mismo condujo al muelle tras su abdicación. Eduardo VIII también compró un Buick Roadmaster para su amigo Wallace Warfield Simpson, que se dice que fue utilizado para su "fuga" a Cannes durante la crisis de abdicación.

El empleo de coches Buick por la Familia Real causó un “boom” en las ventas de Buick en Inglaterra durante los años treinta.

El nombre de McLaughlin-Buick tuvo su final cuando la Segunda Guerra Mundial paralizó automáticamente la producción norteamericana en 1942. Cuando se reanudó la producción en 1945 no se continuó con  el nombre.

Samuel McLaughlin se retiró como Presidente del Consejo de la General Motors de Canadá en 1967, pero fue Presidente Honorario hasta su muerte en 1972 a la edad de 100 años. Entre sus legados quedó el nombre del coche canadiense más conocido: McLaughlin-Buick.