Mc FARLAN (1909 - 1929)



McFarlan fue una marca americana de coches con sede en Connersville, Indiana, fabricados por la “McFarlan Carriage Company” fundada en 1853 por el inglés, John B. McFarlan (1822-1909).

El nieto de J. B. McFarlan, Alfred Harry McFarlan (1881-1937) concibió la idea de fabricar coches y dirigió la “McFarlan Motor Corporation“ durante 19 años.

Entre 1902 y 1925, McFarlan fabricó elaboradas carrocerías para firmas tan importantes como Locomobile, Marmon, Lexington, H.C.S., Duesenberg, Stutz y Auburn, pero produjo sus propios coches completos entre los años 1910 y 1928.

El primer modelo apareció en 1910 y ese mismo año dos coches de la marca fueron inscritos en las 500 millas de Indianapolis. Otro coche McFarlan pilotado por Mel Marquette también fue inscrito en las 500 millas de Indianapolis en 1911 y 1912, terminando en los puestos 25 y 19, respectivamente.

En los años 1920, los coches McFarlan eran quizá los más caros de Estados Unidos, y eran llamados popularmente “American Rolls-Royce”. Eran coches de lujo poseidos por famosos de la época como Fatty Arbuckle, Paul Whiteman y Jack Dempsey.

En el “Chicago Auto Show“ de 1923, fue presentado un magnífico coche McFarlan Town Car con interiores y exteriores chapados en oro y que podía ser adquirido por 25.000 dólares de la época.

Los enormes modelos de los años 1920 con sus enormes motores de 6 cilindros (fabricados entre 1920 y 1929), dotaron a la empresa de gran reputación.

En 1925, McFarlan construyó al menos un coche fúnebre sobre un bastidor TV-Six Twin Valve 140, con un enorme motor de seis cilindros de 572 pulgadas 1/2 cúbicas. El motor McFarlan TV-Six tenía 24 válvulas (4 por cilindro) y un sistema de ignición triple (3 bujías por cilindro). Según la publicidad de la época, podían suministrarse bajo pedido, ambulancias, coches fúnebres y coches de bomberos.

La firma McFarlan permaneció solvente hasta 1928, año en el que apareció su último modelo, pero la presión ejercida por los bajos precios de los coches fabricados en serie llevaron a la empresa a la bancarrota y se vió finalmente forzada a cerrar, tras haber producido aproximadamente unos 3600 coches completos.

Como la planta de McFarlan en Connersville estaba tan sólo a cinco bloques de la planta de la “E.L.Cord Central Manufacturing Company”, Cord compró los activos de la empresa en 1929 para utilizar el edificio como depósito de almacenaje de materias primas y de coches terminados.

En el libro “What Was the McFarlan” publicado en 1967 en edición limitada de 1.000 ejemplares por los entusiastas e historiadores de la marca Keith Marvin y Al Arnheim, se catalogan los 19 coches McFarlan existentes hoy en día, repartidos entre colecciones privadas e importantes museos como el “Indianapolis Motor Speedsway Hall of Fame Museum”, el “Petersen Automotive Museum” de los Angeles, el “National Automobile Museum” de Reno en Nevada, o la “Nethercutt Collection” de California.