FRANKLIN (1902 - 1934)



La “H.H. Franklin Manufacturing Company” fue un fabricante de automóviles americano que estaba ubicado en Syracuse, Nueva York, Estados Unidos, y fabricó coches entre 1902 y 1934.

Su fundador, Herbert H. Franklin, empezó en el negocio de fundición de metales a presión (de hecho, él inventó el término “metal die-casting”) antes de su entrada en el negocio de automóvil juntamente con el ingeniero John Wilkinson.

Todos los coches Franklin estaban refrigerados por aire, pues la empresa lo consideró más sencillo y fiable que la refrigeración por agua. También eran coches ligeros ya que la empresa consideraba crítico este aspecto teniendo en cuenta la potencia limitada de los motores disponibles en aquellos tiempos. La mayor parte de los coches Franklin tenían bastidor de madera. El primer bastidor de hierro se utilizó en 1902 y no fue hasta 1928 cuando los coches más pesados adoptaron un bastidor convencional de acero. Para conseguir ligereza, el empleo del aluminio era muy frecuente, tanto era así que en los primeros años de la empresa, Franklin era considerado el consumidor más importante de aluminio del mundo.

En 1904, la gama de modelos incluía un modelo de turismo (touring). Tenía la parte posterior desmontable, tipo “tonneau” y podía albergar a 4 pasajeros. El precio de catálogo para este modelo era de 1300 dólares (no está nada mal para aquella época). El motor de cuatro cilindros, refrigerado por aire, estaba montado transversalmente en la parte delantera del coche, y tenía un potencia de 10 hp. La transmisión era de 2 velocidades y el coche pesaba 499 kilogramos (1100 libras).

Los coches Franklin eran líderes en tecnología. En 1905 utilizaban motores de 6 cilindros (los primeros del mundo) y en 1907 fueron los primeros coches en tener encendido automático (automatic spark advance). Eran lideres indiscutibles en coches refrigerados por aire, máxime cuando la mayor parte de los demás fabricantes refrigeraban sus motores con agua, por resultar más económico y ser más fáciles de fabricar.

Antes de la invención del anticongelante, los coches refrigerados por aire tenían una enorme ventaja en épocas de frío, y los coches Franklin se hicieron muy populares entre profesionales liberales como los médicos, que necesitaban un medio de transporte que les sirviera en cualquier situación meteorológica. La refrigeración por aire estaba limitada por el tamaño/calibre del cilindro y la zona disponible para las válvulas, que limitaban la salida de potencia. Aproximadamente en 1921, un cambio en el sistema de refrigeración que convertía el aire caliente en aire fresco, marcó el camino para conseguir un aumento gradual de la potencia en los motores.

A excepción de los primeros coches, todos los automóviles Franklin hasta 1928 tenían los marcos de los bastidores de madera. Esto permitía la absorción de las vibraciones y una excelente sensación de confort. Con el paso del tiempo, tanto los diseños de los coches, como los costes de este sistema, convirtieron los marcos de madera en poco prácticos.

Los coches Franklin fueron siempre bastante singulares, y algunos de ellos eran realmente hermosos con sus graciosas capotas al estilo Renault. A partir de 1925, debido a la demanda y a petición de los distribuidores, los coches Franklin empezaron a utilizar diseños para parecerse a coches más convencionales en los que predominaba la utilización de los radiadores niquelados que se utilizaban como entradas de aire, llamadas "hoodfront". Los diseños de J. Frank DeCausse hicieron de los coches Franklin unos coches particularmente hermosos.

En 1930 Franklin introdujo un nuevo tipo de motor que era capaz de producir 100 hp de potencia, dotando a los coches Franklin de una de las mejores relaciones peso/potencia de aquella época.

En 1932, y como respuesta a la competencia existente entre los fabricantes de coches de lujo, Franklin anunció su propia versión de un motor de doce cilindros. Refrigerado por aire con 6,5 litros, desarrollaba 150 hp. A pesar de estar diseñado inicialmente para ser un motor ligero, ese monstruo pesaba 6000 libras. Este fracaso provocó que los bancos se asustaran y les retiraran las líneas de crédito, reclamándoles los capitales concedidos mediante préstamos para realizar la inversión. Aunque atractivo, ese motor de doce cilindros no tenía la suavidad y las características de sus antecesores. Lamentablemente también coincidió con un mal momento para producir ese tipo de vehículo tras la Gran Depresión que precedió al ”crash” de la bolsa de 1929. Los coches se vendieron mal y no se consiguió recuperar la mayor parte de la inversión realizada, por lo que la empresa se declaró en bancarrota en 1934.

La producción de automóviles no sobrevivió, pero la marca y los activos fueron vendidos y otras empresas fueron formadas para seguir con la fabricación de motores refrigerados por aire para uso comercial y el empleo en aviones.

La empresa “Air Cooled Motors of Syracuse “ fue comprada después de la Segunda Guerra Mundial por Preston Tucker. Motores de seis cilindros, refrigerados por agua, fueron utilizados por los efímeros coches Tucker. La empresa fue vendida de nuevo tras disolverse la Tucker.

Los motores Franklin fueron utilizados en numerosos aviones ligeros y gracias a su ligereza en la mayor parte de los primeros helicópteros construidos en América.

“Air Cooled Motors”, fue la última empresa en fabricar motores refrigerados por aire con la marca Franklin. Tras declararse en bancarrota en 1975, sus diseños fueron vendidos al Gobierno Polaco. Los motores basados en esos diseños están todavía en producción.