DILE - (1.913 - 1.917)



La “Dile Motor Car Company” de Reading, Pensilvania, fue fundada en noviembre de 1913 con el objetivo de fabricar automóviles. El nombre “Dile” estaba compuesto por las dos primeras letras de los apellidos de los dos socios fundadores; Fred K. Dick y Irvin D. Lengel.

El primer y único modelo de la compañía fue el modelo A Roadster, un coche de dos pasajeros con ruedas de radios metálicos delgados (tipo bicicleta). Las líneas de su carrocería, pintada de azul oscuro, junto con los guardabarros y estriberas le daban un aspecto mucho más grande de lo que realmente era. Tenía una distancia entre ejes de 2438 mm (96 pulgadas) y un ancho de vía de 1160 mm (46 pulgadas).

Inicialmente el volante estaba situado a la derecha, pero en 1915 fue situado a la izquierda como la mayoría de los fabricantes americanos de automóviles. El asiento tenía 930 mm (37 pulgadas) de ancho y era muy espacioso para los dos pasajeros. Una distancia de 780 mm (31 pulgadas) desde el asiento hasta el tablero daba un amplio espacio para las piernas.

Este pequeño automóvil estaba equipado con un poderoso motor de cuatro cilindros y 1420 cc que desarrollaba 11 hp. En 1915, el Dile Roadster fue equipado con lámparas laterales y luces traseras, bocina eléctrica, parabrisas ajustable y capota. El peso total era de 385 Kg. y costaba 485 dólares.

Debido a la competencia de coches como el Ford T y a la falta de multitud de materias primas como consecuencia de la entrada de los Estados Unidos en la Guerra, la compañía se fue a la quiebra en agosto de 1916, y la producción cesó a principios de 1917.

El proceso de insolvencia por quiebra duró mucho tiempo, hasta que a principios de 1918, la compañía fue vendida finalmente al fabricante de vehículos industriales “Belmont Motors Corporation” de Lewistown, Pensilvania, que no sólo se hizo cargo de los activos y bienes muebles de la “Dile Motor Car Company”, sino también de las patentes, vehículos parcialmente terminados, y stocks.

Esa adquisición alimentó los rumores de que la “Belmont Motors Corporation”, quería entrar en la industria del automóvil. Ese no era el caso; tras acabar los coches sin terminar y construir algunos más a partir de las piezas existentes en stock, los beneficios de su venta se destinaron para la producción de camiones.