CURLEW - (1.947)



El Curlew es un coche único, construido en la localidad británica de Wensleydale, Yorkshire, a finales de la década de 1940. Este coche fue diseñado y construido por un consorcio (Dales Motor Company) en el que participaban Harold Boultbee y Kit Calvert (este último era un conocido fabricante local de quesos y productos lácteos).

Más que por sus características técnicas, la importancia de este coche radica principalmente en que todo en él es único y sólo se fabricó un ejemplar. La carrocería era una combinación de madera contrachapada y aluminio, y tenía unas peculiares ruedas de cinco pernos. Al margen de su motor, que era completamente casero y artesanal, sus características más avanzadas incluían el especial diseño de sus indicadores, un faro central oculto detrás de la parrilla del radiador, y un cambio de engranajes similar al que más adelante utilizarían coches más modernos.

El Curlew fue diseñado para ser producido de forma económica pero el proyecto fue abandonado debido a problemas de diseño. Con el tiempo, el proyecto y el coche cayeron en el olvido y en total no llegó a recorrer más de 25 millas. Tras la muerte de Calvert, el coche fue subastado por 250 libras y acabó abandonado en un garaje en el que se fue deteriorando hasta quedar en un estado lamentable. Llegó un día en el que el garaje iba a ser demolido y si no se hubieran tomado medidas el coche hubiera corrido la misma suerte, desapareciendo para siempre.

Toda la documentación e historial completo de cuando fue construido y todos los antecedentes tanto del coche como de las personas involucradas en el proyecto se conserva. Afortunadamente el esfuerzo de personas como Denis Stockwell o Brian Redhead sirvió para que fuera sacado de aquel garaje y empezara una gira de “garaje temporal” en “garaje temporal” no renunciando nunca a la esperanza de poder encontrar el patrocinio suficiente para iniciar la restauración de un coche único que los museos locales han sido reacios a aceptar.

Desconozco la situación actual del coche, pero confío en que tarde o temprano llegará un día en el que el Curlew reaparecerá y volverá a lucir su mejor aspecto.