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BADÍA-BALLARÍN (1952) |
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Aclaración
A pesar de la poca información existente acerca de este curioso microcoche, y de que en los pocos libros especializados que lo mencionan, tan sólo aparece el nombre de Badía, en honor a la verdad, este vehículo debe ser denominado BADIA-BALLARIN.
Este relato debo agradecérselo a Dª Maria Jesús Ballarín Badía, y Zoe Leal Ballarín, hija y nieta respectivamente de Benedicto Ballarín, uno de los dos artífices de esta curiosa historia, así como a Toni Solans (la web de los microcoches), que en su día también contactó con estas personas, las cuales amablemente me han facilitado su testimonio.
La historia
A principios de los años 50 (las dos fotografías fueron tomadas en 1952), dos cuñados, Angel Badía (mecánico) y Benedicto Ballarín (herrero), diseñaron y fabricaron en el taller/herrería que regentaba la familia en la población altoaragonesa de Esplús, Huesca, un curioso microcoche para su uso personal.
En su fabricación se utilizaron componentes de diversa procedencia. El motor había pertenecido a una motocicleta Harley Davidson, y el diferencial procedía de un coche de la marca Ford.
El resultado fue un peculiar trabajo realizado en equipo, basado en los conocimientos mecánicos y de forja de ambos personajes, que además aportaron grandes dosis de imaginación, creatividad e ilusión en su proyecto.
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