ARISTA (Raymond Gaillard) - (1.953 - 1.963)



Los orígenes de "Arista", la marca “Callista” (1949-1953)

No se puede contar la historia de la marca “Arista” sin remontarnos a los años 1940, con la fundación de la marca “Callista” por dos hombres : Antonio Monge, director de una pequeña empresa de preparación mecánica de automóviles para la competición, y Robert Rowe, especialista en electricidad que trabajaba en la firma Fulmen.

Ambos compañeros deseaban ver correr su propio coche en la prestigiosa carrera de resistencia de Le Mans. Así fue como apareció un buen día un bonito cabriolet con carrocería de fibra de vidrio, que fue inscrito con la marca “Callista” (ver historia) en la carrera de 1950. El coche, con el dorsal 56, fue pilotado por Pierre Chancel y Raymond Gaillard. La mecánica y el bastidor eran de origen Dyna Panhard, y se clasificó en el lugar 28 de la general. Ese resultado animó a Monge y a Rowe a prolongar su aventura y pensaron en comercializar en pequeñas series su cabriolet.

Como era lógico le propusieron el proyecto a Raymond Gaillard, piloto del Callista número 56 en Le Mans y propietario de un importante concesionario Panhard-NSU, el “Grand Garage Molière” de la rue de Ranelagh en París. Gaillard contribuyó económicamente para la financiación del proyecto de un nuevo cabriolet, que se denominaría “Coupe des Alpes”.

Paralelamente, Raymond Gaillard quiso también presentar en el salón de París de 1950 su propia interpretación de un roadster de carácter deportivo. El resultado, concebido por el mismo equipo del Callista, fue presentado bajo el nombre de Ranelagh (por el nombre de la calle donde se situaba el Garaje Molière en París). Comparado con el cabriolet Coupe des Alpes, el Ranelagh poseía una apariencia deportiva más marcada. Su motor Panhard de 33 hp le permitía alcanzar los 135 Km/h (contra los 130 km/h que alcanzaba el Coupe des Alpes).

En 1951, el cabriolet Ranelagh fue inscrito en Le Mans, bajo la marca Callista Panhard. Sólo terminaron 30 coches, y el Ranelagh, con el dorsal 58, acabó el 28. Esta versión de 1951 se diferenciaba del modelo de 1950 por su calandria más sencilla.

Antonio Monge se retiró del proyecto a finales de 1951, y Robert Rowe prosiguió la fabricación de los coches con un nuevo socio.

En aquella época Panhard empezó a comercializar el Panhard Junior, que se vendía a un precio sensiblemente inferior al Callista gracias a una producción en serie más importante, y a una presentación más espartana. La pequeña empresa Callista sufrió rápidamente las consecuencias de esa competencia, y el final de la marca llegó en 1953 por falta de rentabilidad.



La marca “Arista” (1953-1963)

Raymond Gaillard, cuyo papel en la marca “Callista” había sido principalmente el de socio capitalista y distribuidor de sus coches a través de su concesionario parisino, creó sobre los restos de la empresa la nueva marca “Arista”.

La producción prosiguió con un sólo modelo, el roadster Ranelagh, rebautizado para la ocasión como "Le Mans", como recuerdo de la participación del coche bajo la marca Callista en las pruebas de resistencia de 1950 y 1951.

La gama fue ampliada a partir de 1953 con un cupé Rallye que fue sólo un modelo de transición. Más tarde, a partir de 1954 apareció el Passy, un elegante coupe 2+2. Estos dos modelos fueron diseñados por un francés llamado Berlaimont.

Más tarde, Raymond Gaillard le encargó a Jacques Durand, el creador del automóvil Jidé, el diseño de una berlina deportiva. Así nació el Arista denominado JD (por las iniciales de su diseñador). La producción del Arista JD se inició en 1963.

El Arista JD fue construido sobre la base del Panhard PL 17, cuyo bastidor había sido recortado. Utilizaba un motor bicilíndrico de 850 cc refrigerado por aire, que desarrolla 60 hp. La carrocería era de polyester y el cuadro de mandos era heredado del Panhard 24. Con un peso de 620 kilos, el coche alcanzaba los 160 km/h.

Por desgracia, éste sería el último modelo de la marca, pues no tuvo éxito comercial. Tan sólo de produjeron 6 ejemplares. Las principales razones del fracaso fueron el exorbitante precio del coche (superior al de un DS) y al motor bicilíndrico Panhard que se había quedado obsoleto a mediados de los años 1960.

Raymond Gaillard intentó proseguir su proyecto realizando prototipos equipados con motores NSU, Triumph y Ford V4, pero no tuvo éxito.