ANDERSON (Anderson Motor Company) - (1.916 - 1.926)



No confundir esta marca con los coches Anderson producidos por la Anderson Carriage Manufacturing Company en la localidad de Anderson (Indiana) entre 1908 y 1910, y tampoco con el Anderson Electric presentado en el Salón de París de 1912.


Los inicios

Esta historia empieza con un hombre llamado Adley Holler, un emprendedor de Rock Hill, Carolina del Sur, que en el siglo XIX empezó a construir molinos en su ciudad. En 1886 decidió invertir en el negocio de la construcción de carros y diligencias y fundó la “Rock Hill Buggy Company”. En esta empresa los carros se construían de forma manual pero sobre raíles, en una especie de cadena de montaje primitiva que permitía producir una carreta cada 26 minutos.

Llegan los automóviles

En 1916, su yerno John Gary Anderson, quería hacer de Rock Hill, la capital automovilística del país, y convenció Adley Holler para que invirtiera en el negocio del automóvil, fundando así la “Anderson Motor Company”, que dispuso de la primera línea telefónica de Rock Hill así como de un ramal propio de ferrocarril. Los coches se producirían bajo la marca “Anderson”.

El método de construcción de los automóviles Anderson siguió siendo el mismo que para los carros, fundamentalmente a mano pero en cadena sobre raíles. Los coches Anderson se comercializaban a través de una red de distribuidores de carácter nacional, y enseguida se convirtieron en los coches de más éxito producidos en los Estados del Sur. Su precio de lanzamiento era de 1.700,00 dólares, muy alto comparado con los 345,00 dólares que costaba el Ford T.

Para competir con el Ford T se utilizaban mejores materiales, como cuero y madera de primera calidad, y se ofrecía una gran gama de colores distintos y combinaciones (el Ford T era siempre negro). Anderson compraba la mayoría de los componentes a otros fabricantes, equipaba sus coches con motores Continental 7R flat six de 3,7 litros y ofrecía atractivos tipos de carrocería. Los Anderson fueron los primeros automóviles que llevaron reguladores de pie para los faros y capotas convertibles con motor.

Durante la Primera Guerra Mundial la empresa realizó tráilers para transportar aviones y distinto material bélico, pero en paralelo siguió fabricando automóviles. El mejor año de producción y ventas fue 1923, año en el que se distribuyeron vehículos por los Estados del Norte e incluso se realizaron exportaciones a Europa, Canadá, Argentina y Japón. En 1923 se produjeron casi 2.000 unidades.

La gama completa constaba de 6 modelos; Convertible Roadster (2.195,00 dólares), Sport Touring de 4 pasajeros (2.175,00 dólares), Coupe (3.200,00 dólares), Touring de 5 pasajeros (2.145,00 dólares), Touring de 7 pasajeros (2.195,00 dólares) y Sedan (3.200,00 dólares).

El declive

El año 1923 marcó un punto de inflexión y el inicio del declive de la marca. Ese año se adoptó el nuevo motor Continental de 3,2 litros, con bloque de aluminio. Ese motor acabó dando muchos problemas porqué se deformaba el bloque a altas temperaturas. Ello ocasionó un dañó irremediablemente a la reputación de la marca. Por otro lado la competencia en precios del Ford T resultó implacable, ya que debido a la  caída de los precios del algodón tras la Primera Guerra Mundial la economía de Carolina del Sur y otros estados adyacentes estaba en crisis desde mucho antes de que llegara la Gran Depresión. En 1925 tan sólo se vendieron 136 coches y en 1.926 la compañía tuvo que cerrar. En total se produjeron unos 7.000 vehículos entre 1916 y 1926.

Hoy en día, solo sobreviven 13 ejemplares catalogados. Cuatro son propiedad de la familia Anderson, uno está en el “S.C. State Museum” de Columbia y otro es propiedad del Museo del Condado de York, donde se encuentra Rock Hill.