Año: 2.000
Modelo: AUDI Supersportwagen Concept "Rosemeyer"
Peculiaridades: Proyecto Rosemeyer
Fabricante: MAISTO Special Edition Refª: 31625 Escala: 1/18
Ficha:  


IMÁGENES DEL COCHE REAL



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PURO ALUMINIO Y FIBRA DE CARBONO

Este coche demuestra las nuevas tendencias de diseño y sirve de estudio para un modelo que podría llegar a la serie.

La capacidad innovadora de Audi parece no tener límites. En los últimos años no sólo ha conseguido ingresar por méritos propios en el selecto club de las marcas más prestigiosas del viejo continente, sino que, además, para sorpresa de propios y extraños, se ha permitido el lujo de consolidarse como una verdadera referencia en el desarrollo de soluciones tecnológicas de vanguardia. No conviene olvidar que la firma de los cuatro aros ha sido la pionera en la utilización de la tracción total a gran escala en sedanes, o del uso masivo del aluminio en la construcción de automóviles. Y es que está claro que si algo no les falta a los técnicos de Ingolstadt es ambición. Si alguien tiene alguna duda al respecto, no tiene más que pasarse por el pabellón de Audi en el Autostadt (la ciudad del automóvil creada por el Grupo VW) para contemplar su nuevo prototipo bautizado internamente como Proyecto Rosemeyer y más conocido como Superwagen W16. Es un verdadero muestrario de las soluciones estéticas desarrolladas por la firma de los cuatro aros a lo largo de su historia y también se presenta como un anticipo de lo que podría ser el futuro superdeportivo de Audi.

El diseño de este modelo está claramente inspirado en los míticos Auto Unión de carreras de los años 30, y es precisamente de uno de sus legendarios pilotos (Bernd Rosemeyer) de donde toma el nombre este proyecto. Este último ha corrido a cargo de Stefan Siclaff, mientras que Peter Schreyer ha sido el responsable del diseño de tan especialísima creación. Aunque no ha sido tarea fácil, la construcción y desarrollo de este concept car se llevó a cabo en tiempo récord. La obra se inició en octubre de 1999 y finalizó a principios de mayo del 2000. Durante los meses de gestación, dos modelos concretos de la exitosa saga han servido como fuente de inspiración del Rosemeyer. Concretamente se puede hablar del Tipo C y de la versión de calle del Tipo 52 que Ferdinand Porsche diseñó en 1939, un automóvil que nunca llegó a construirse debido al comienzo de la II Guerra Mundial. De este triplaza con el puesto de conducción central se conservan los planos y resulta curioso comprobar como algunos detalles se pueden encontrar en el Superwagen. Este sería el caso de las branquias laterales, la original parrilla del radiador o las llantas de 20 pulgadas; pero ahí no acaba todo, ya que el color plata de la carrocería realizada en aluminio pulido, la ausencia de voladizos y sus enormes dimensiones son también características comunes a ambos. La longitud total de este impresionante modelo es de 4,54 metros, la anchura de 1,92 y la altura de 1,24. Como las enormes ruedas quedan prácticamente al límite de la carrocería, también se consigue una distancia entre ejes muy amplia de 2,91 metros.

EL AUTO UNIÓN DEL SIGLO XXI

Para animar este prototipo, al igual que en sus ancestros, se recurre a un motor de 16 cilindros, pero en este caso se trata de un diseño totalmente revolucionario, porque este propulsor nace de unir dos motores VR6, pero con dos cilindros más cada uno, es decir, lo que podría denominarse como dos VR8, con lo que se consiguen 8 litros de cilindrada.

Colocado en posición central, este motor desarrolla nada menos que 630 hp y un par salvaje de 77.5 kgm, rendimiento que se transmite a las cuatro ruedas a través de un sofisticado sistema de tracción integral Quattro. Con semejantes valores, no es de extrañar que esta máquina indómita se convierta en un auténtico proyectil con ruedas capaz rebasar los 350 km/h.

Aunque todavía no hay nada decidido al respecto, se especula con que en el 2003 Audi podría poner a la venta un deportivo de estas características con el que, desde luego, no tendría problemas para plantar cara a los Mercedes SLR o Porsche Carrera GT que próximamente verán la luz.

AUDI PROYECTO ROSEMEYER - Un deportivo con leyenda

En septiembre del 2000, en el pabellón "Autostadt" de Audi en Wolfsburg se presentó la última creación del Equipo de Diseño de Audi: el Proyecto Rosemeyer. (que es el nombre de un piloto de carreras de circuitos de los años 30, que corría con coches de la marca Auto Unión, antecesora de Audi).

Este vehículo aúna el pasado y el presente de la marca, muestra la filosofía y cultura de diseño, así como una clara visión de futuro, utilizando nuevas cualidades de la tradición histórica.

Una mirada más profunda nos permite descubrir detalles familiares: la calandra del radiador evoca de inmediato a los históricos Auto Unión "Flechas de Plata", a lo que también contribuye el largo capó del motor, descendente hacia la zona posterior, con las características ranuras verticales de entrada de aire. De la misma forma que en los históricos Auto Unión, este estudio de diseño muestra un reluciente acabado mate en las superficies de aluminio pulido.

Al igual que las famosas "Flechas de Plata", el prototipo tiene capacidad para albergar un motor central de 16 cilindros en V capaz de superar los 600 cv de potencia. Hay espacio suficiente entre los altos pasos de ruedas que albergan neumáticos de grandes dimensiones (llantas de 20 pulgadas). La larga batalla deja un holgado espacio para el habitáculo y el motor de gran capacidad se ha situado por delante del eje posterior. Las cortas salientes enfatizan estas proporciones y confieren a los laterales una apariencia de especial dinamismo.

Pero la tradición y la herencia histórica no son, por supuesto, los únicos factores reveladores cuando se admira por primera vez este increíble vehículo bajo el techo del pabellón de Audi. Sus líneas exteriores definidas con el techo del habitáculo abovedado, los pasos de rueda de semicírculos precisos y la línea de cintura alta repiten la filosofía actual de diseño de Audi, en una clara familiaridad con el TT.

Los discos de frenos perforados de gran diámetro resaltan detrás de las ruedas y son el contrapunto evidente a la gran potencia del motor central. La tracción integral permanente “quattro” es el sistema más idóneo para transmitir la potencia de un motor de gran capacidad de propulsión en condiciones ideales, transformando el estudio de diseño en la "máquina perfecta".

Las audaces entradas de aire son elementos formales en varios puntos de la carrocería de aluminio, particularmente en el frontal. Los faros delanteros son compactas unidades de gas xenón situadas por detrás de claros cristales, que quedan protegidos y enmascarados por paneles metálicos y que basculan hacia arriba cuando se encienden las luces.

El vehículo no tiene retrovisores exteriores que puedan representar un freno aerodinámico, por pequeño que sea. Para la perfecta visión de lo que sucede por detrás, existen pequeñas cámaras que proyectan vistas de la parte trasera y de los laterales en pequeños monitores dentro del habitáculo.

En el interior, la luminosidad se utiliza como marca de elegancia y eficacia funcional. Todo el habitáculo está forrado en “Nomex” ignífugo acolchado, como en los coches de competición o en los helicópteros. Dos butacas de piel tipo “bacquet” acomodan al conductor y acompañante por detrás de un parabrisas panorámico y muy envolvente; sin duda, la lógica continuidad de la purista arquitectura interior que se encuentra en el habitáculo del TT.

El prominente túnel central con sus tubos de aluminio pulido y las ventanillas de perfil alto proporcionan al conductor una situación de máxima ergonomía, como el centro nervioso de su vehículo deportivo. Una ventana en la parte posterior del habitáculo proporciona una visión clara del corazón del vehículo: el motor central.

El cuentarrevoluciones de lectura analógica es de grandes dimensiones y tiene una estética similar al resto del instrumental. Los pedales tipo competición son ajustables, el volante deportivo tiene cuatro radios a 90 grados inspirado en las formas del volante que utilizó el célebre Rosemeyer en su Auto Union de competición, y la palanca de la caja de cambios de 6 velocidades que cuenta con una rejilla en doble "H" para los recorridos de las marchas es de soporte acanalado. Todos estos instrumentos son ideales para mantener el impresionante potencial de prestaciones bajo control.

El aluminio pulido, la fibra de carbono y el cuero de alta calidad definen las líneas puristas del interior, sin concesiones al lujo de una berlina de representación. Diseño ultraligero, dinamismo extremo y precisión funcional caracterizan las líneas de cada detalle y de cada componente.

El estudio de diseño de Audi expuesto en el "Autostadt", de Wolfsburg no es un prototipo listo para ser conducido, ni se ha creado como un anticipo para la producción futura de un vehículo de serie. Este coche demuestra el potencial tecnológico de la marca Audi que, junto con un diseño de línea depurado y unos acabados de lujo, convierten este prototipo en el inequívoco sello de distinción que destaca a un Audi como nunca se había visto antes.